El azote contra la corrupción universitaria, pillado al intentar amañar una cátedra
Un profesor que se hizo célebre por criticar la endogamia en la universidad adaptó, junto con su departamento, la convocatoria de una plaza en Córdoba a su propio perfil
MANUEL TRILLO
En 2006, Gabriel Laguna exponía su historia en la segunda edición del congreso sobre corrupción y acoso en la Universidad pública española. Siete años atrás, siendo profesor titular de la Universidad de Extremadura, había optado a una plaza en la Universidad de Jaén porque ... su mujer trabajaba en Andalucía. Sin embargo, aquella plaza «había sido convocada a la medida de una candidata local», según explicaba en su blog «Universidad española: endogamia y corrupción» . Laguna recurrió ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que años después le dio la razón. El eco de su historia llegó al diario El País, que, con su foto como ilustración, titulaba: «Oposiciones con nombre propio».
Pero ahora los papeles se han invertido y es Gabriel Laguna, en la actualidad profesor del departamento de Ciencias de la Antigüedad y Edad Media de la Universidad de Córdoba, quien aparece señalado como protagonista del amaño de una plaza. El Consejo de Gobierno de esta institución académica ha anulado la convocatoria de una plaza de catedrático de Filología Latina a la que optaba este profesor y para la cual él mismo había aportado el perfil docente e investigador de quien obtuviera la plaza, así como la propuesta de miembros de la comisión de acceso y las aceptaciones de los titulares y suplentes.
Así se recoge en una de las resoluciones, firmada por el rector el pasado 7 de marzo y a la que ha tenido acceso ABC, que estiman los recursos de alzada contra la convocatoria interpuestos por los otros cinco candidatos que aspiraban a la misma plaza que Gabriel Laguna.
Los recurrentes -C. Chaparro, S. López, J. Mª. Maestre, M. Mañas y Mª. D. Rincón- habían denunciado que el director del departamento requirió al profesor Laguna que cumplimentara el modelo normalizado de solicitud de convocatoria para la provisión de plazas, definiendo por tanto el perfil docente e investigador de laplaza, lo que «queda suficientemente acreditado» mediante un escrito de fecha 15 de marzo de 2012.
Asimismo, habría dirigido un escrito al director del departamento el 25 de marzo en el que le adjuntaba la documentación solicitada: el modelo normalizado de solicitud de convocatoria, donde constaban entre otros datos, según el propio Gabriel Laguna, las actividades docentes e investigadoras que debía realizar quien obtuviera la plaza, la sugerencia de propuesta de miembros de la Comisión de Acceso y las diez aceptaciones originales de los titulares y suplentes.
«El sueño dorado de todo opositor»
La resolución del rectorado señala que se trata de «idéntica situación» a la que se recoge en una sentencia de 1990 del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, según la cual «uno de los aspirantes se permite presentar una propuesta en que se incluye el perfil de la plaza y la desginación de los miembros de la comisión evaluadora, realizando el sueño dorado de todo opositor, que es el de configurar un Tribunal de la propia elección».
Además, la «irregular actuación» del director de departamento y de Laguna «se agrava cuando la propuesta que hace el profesor es asumida como propia por el Consejo de Departamento de la Antigüedad y de la Edad Media, esto es, acepta la hecha por el profesor directamente interesado en la convocatoria de la plaza y la eleva como propia al vicerrector para la elaboración de la resolución de convocatoria», continúa el escrito del Rectorado.
A ello se une que, según el acta, el profesor Laguna y los tres profesores propuestos para ser miembros de la comisión de acceso estaban presentes y votaron en la sesión extrardinaria del Consejo de Departamento en la que se debatió la aprobación de la convocatoria del concurso, lo que «vicia la objetividad e imparcialidad del órgano en la adopción del acuerdo», señala.
Por todo ello, el Consejo de Gobierno considera que los acuerdos del Consejo de Departamento sobre la convocatoria infringen el reglamento de concurso de acceso a cuerpos docentos de la Universidad de Córdoba y acuerda retrotraer el procedimiento «al momento en el que se produjo el vicio, quedando anulados tods los actos posteriores por ser consecuencia de este».
Los cinco candidatos que habían recurrido han redactado un escrito en el que agradecen a la Universidad que haya puesto fin a «tamaño desafuero» y critican que Laguna, después de ser conocido «como uno de los adalides en contra de la endogamia y corrupción universitarias», se «autopropusiera» incluso con «el restrictivo perfil investigador de su propia tesis doctoral (Las Silvas de Estacio)».
Fuentes del Rectorado indicaron a ABC que la Universidad, en cuanto ha tenido conocimiento de estos «fallos de procedimiento», ha devuelto el proceso al principio.
Por su parte, el actual director del departamento de Ciencias de la Antigüedad y Edad Media de la Universidad de Córdoba, Enrique Melchor, ha querido subrayar a ABC que, cuando tuvieron lugar los hechos referidos a la convocatoria, en marzo de 2012, él no se encontraba al frente, ya que tomó posesión del cargo el 1 de octubre de 2013.
Asimismo, asegura que, siguiendo las instrucciones del Vicerrectorado de Profesorado y Organización Académica, el departamento «tomará las medidas oportunas que permitan, si procediera, reiniciar los trámites para convocar y cubrir, mediante la celebración de un concurso-oposición, una plaza de catedrático/a de Universidad en el Área de Conocimiento de Filología Latina, respetando siempre en dicho proceso los principios de legalidad, objetividad, igualdad de trato y publicidad».
Este diario ha tratado también de ponerse en contacto con Gabriel Laguna, si bien no ha logrado obtener respuesta.
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