Turquía confisca las armas de fuego a 15.000 maltratadores

Sahin lo había prometido hace no mucho: «Un artículo de la ley estipula claramente que a los propietarios de armas que no pueden controlar su temperamento y son incapaces de lidiar con el estrés se les confiscarán sus armas», dijo en un discurso el pasado febrero. «Estamos enviando un mensaje claro con este artículo: Si no puedes controlar tu ira, no puedes seguir usando tu arma», añadió.

Durante el último año también se han puesto en práctica otras medidas paralelas, como una red de refugios estatales para víctimas de la violencia doméstica, o un programa piloto de «botones del pánico»: en los casos en los que un juez determine que existe verdadero peligro por parte de sus ex parejas, las víctimas de malos tratos tendrán a su disposición un dispositivo de emergencia que emite una señal de auxilio para la policía, que podrá localizar a la persona por GPS.

Las asociaciones feministas critican las políticas de Sahin por no atacar la base del problema, el machismo imperante en la sociedad turca y que no parece hallarse en retroceso bajo el gobierno islamista del AKP de Recep Tayyip Erdogan. Sin embargo, la cifra de asesinatos de mujeres a manos de sus parejas ha decrecido significativamente en el último año.

La ministra, que se encuentra de visita oficial en Helsinki, aprovechó para asegurar que el problema de la violencia doméstica en Turquía es menor de lo que pueda parecer. «Cada año, 27 mujeres son asesinadas por sus maridos o novios en Finlandia, mientras que en Turquía fueron 165 en 2012. Nuestra población es de más de 75 millones de personas, mientras que la de Finlandia es de solo 5,5 millones. Si consideramos esto, el número de mujeres asesinadas en casos de violencia doméstica en Finlandia es cuatro veces mayor que en Turquía», afirmó.

La comparación es algo tramposa (en España, con la mitad de población, 49 mujeres fueron asesinadas este año pasado, lo que da una ratio de asesinatos domésticos bastante inferior a la de Turquía), pero lo cierto es que el número de crímenes de este tipo se ha reducido en casi un centenar frente a los 257 casos de 2011. Algo que, aseguran desde el gobierno turco, se debe a iniciativas como esta.