La DGT revela qué bebidas dan más positivo en un control de alcoholemia

La DGT, por su parte, insiste en que la única tasa realmente segura al volante es 0,0 g/l. Aun estando por debajo del límite legal, el riesgo de sufrir un accidente aumenta de forma considerable.

En España, la normativa establece dos límites de alcoholemia diferentes. Para los conductores en general, el máximo permitido es de 0,5 gramos por litro de sangre o 0,25 miligramos por litro de aire espirado. En el caso de los conductores noveles —los que tienen menos de dos años de carné— y los profesionales, el margen se reduce a 0,3 g/l en sangre o 0,15 mg/l en aire.

Actualmente, se estudia una propuesta para rebajar el límite general a 0,2 g/l, lo que significaría que con una sola cerveza o una copa de vino se podría superar la tasa permitida. Aún no se ha aprobado, pero la tendencia en toda Europa apunta hacia una tolerancia cada vez menor con el alcohol al volante.

La DGT ha publicado estimaciones que ayudan a entender cómo diferentes tipos de alcohol influyen en la tasa de alcoholemia. Las cifras son orientativas, ya que factores como el peso, el sexo, la edad o si se ha comido previamente pueden cambiar mucho el resultado, pero sirven para hacerse una idea clara de la magnitud del problema.

Una cerveza de 33 cl, con una graduación de alrededor del 5 %, puede generar en un hombre de unos 70 kg una tasa de entre 0,21 y 0,28 g/l. En una mujer de unos 60 kg, la misma cantidad puede alcanzar entre 0,34 y 0,48 g/l. Con dos cervezas, el resultado sube a entre 0,43 y 0,55 g/l en hombres y a casi 1 g/l en mujeres, lo que ya supone superar el límite legal para cualquier conductor.

En el caso del vino o el cava, una copa de unos 100 ml puede producir una tasa de entre 0,16 y 0,20 g/l en hombres y de 0,25 a 0,35 g/l en mujeres. Es decir, una sola copa podría bastar para dar positivo si se trata de un conductor novel o profesional. Con tres copas, la alcoholemia puede alcanzar hasta 0,6 g/l en hombres y más de 1 g/l en mujeres.

Las bebidas destiladas, como el whisky, el ron, la ginebra o el brandy, son las que provocan los valores más altos. Un solo combinado con 50 ml de alcohol de unos 38 grados puede situar la tasa en torno a los 0,3 g/l en hombres y 0,5 g/l en mujeres. Dos copas de este tipo pueden fácilmente duplicar el límite permitido. Por eso, la DGT advierte de que los destilados son las bebidas que con mayor frecuencia hacen que un conductor dé positivo en los controles.

No todas las personas metabolizan el alcohol de la misma forma. La absorción depende de muchos elementos: beber rápido o con el estómago vacío aumenta la concentración de alcohol en la sangre en menos tiempo. El tipo de bebida también influye; las bebidas fermentadas, como el vino o la cerveza, se absorben más lentamente que las destiladas. Además, si se mezclan con refrescos con gas o se consumen calientes, el efecto puede intensificarse.

El sexo y el peso corporal también son determinantes. El alcohol se distribuye de manera diferente en hombres y mujeres debido a la composición corporal, y las personas más ligeras tienden a alcanzar tasas más altas con la misma cantidad de alcohol. A esto se suma la hora del día —durante las horas de sueño el cuerpo elimina el alcohol más lentamente— y el estado físico o emocional del conductor, que puede agravar los efectos del alcohol sobre el sistema nervioso.

La DGT también advierte de que existen muchos mitos sobre cómo «bajar» la alcoholemia o evitar un positivo en un control. Tomar café, ducharse, dormir una siesta o beber agua no aceleran la eliminación del alcohol. Tampoco sirven los caramelos, el aceite o los chicles de menta. El organismo necesita tiempo, y ese tiempo no puede acortarse con trucos.

Otro error habitual es pensar que, si se bebe poco a poco, no se dará positivo. El hígado solo puede metabolizar entre 8 y 10 gramos de alcohol por hora, así que si se sigue bebiendo, la concentración en sangre seguirá aumentando, aunque pasen las horas. Por eso, la única estrategia efectiva para evitar sanciones y, sobre todo, accidentes, es no beber nada si se va a conducir.

Y es que incluso aunque se tome cantidades pequeñas, el riesgo de accidente se multiplica cuando se ingiere alcohol. La campaña de concienciación de la DGT lo dice claro: «Si bebes, no conduzcas». Y no se trata solo de evitar una multa, sino de preservar tu vida y la de los demás.

Porque, al final, el mensaje no es moralista, sino práctico. Las cifras demuestran que el alcohol al volante mata, y que los accidentes que causa podrían evitarse por completo si cada conductor asumiera un compromiso responsable.