Utrera vibra con un Domingo de Ramos que quedará guardado en la retina de los cofrades

La jornada comenzaba bien pronto, ya que sólo pasaban algunos minutos de las 11.00 horas cuando se abrían las puertas de la capilla de La Trinidad para que se iniciara la salida del paso de La Borriquita. El ambiente en la calle La Fuente era el de los grandes días, y el primero de los pasos de la hermandad utrerana protagonizó una estación de penitencia impecable, plagada de instantes bonitos, de recuerdos a los que ya no están y de momentos irrepetibles.

La mañana y la transición al mediodía, que estuvo marcada en Utrera por la presencia del sol y las altas temperaturas, registró en el centro de la ciudad una masiva afluencia de público, que abarrotó todas las calles por las que transitó la cofradía. La primera entrega del Domingo de Ramos llegaba a su final en torno a las 15.00 horas, momento en el que el paso de La Borriquita llegaba de nuevo a su templo.

Un día intenso, en el que la gran concentración de personas en las calles de la ciudad ha ocasionado una serie de incidencias entre las que destacan una decena de intervenciones de los servicios sanitarios -la mayoría de ellas por lipotimias e indisposiciones -. Las fuerzas de seguridad también han tenido que actuar para disolver dos peleas, un caso de posible violencia de género y en la pérdida de cinco niños pequeños.

En cuanto a lo estrictamente cofrade, la jornada del Domingo de Ramos en Utrera continuaba en la capilla de San Bartolomé, desde donde partía el paso de la Oración en el Huerto, de la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Otro de los pasos que tradicionalmente lleva en sus tramos de nazarenos a cofrades muy jóvenes, que llenaron de alegría los tramos que salieron a las calles de Utrera. Desde el punto de vista musical, la jornada también fue histórica , ya que este paso llevó por primera vez a la banda de cornetas y tambores de Nuestro Padre Jesús Nazareno, una formación surgida en l seno de la propia hermandad.

La guinda a una jornada perfecta la puso la hermandad de la Quinta Angustia, que procesionó con el paso de la Santísima Piedad y la Virgen de los Ángeles. Una hermandad que llevó a cabo una emotiva estación de penitencia, en la que celebró su reciente 50º aniversario y recordó a hermanos importantes recientemente fallecidos, como es el caso de Emilio Alfaya, tristemente desaparecido en 2019 cuando ocupaba el cargo de hermano mayor de esta corporación utrerana. Una estación de penitencia que tuvo su momento más especial en el discurrir por la calle Menéndez Pelayo , la parte final de recorrido, en el que ambos pasos caminaron en torno a un enorme gentío y con el acompañamiento de varias marchas procesionales encadenadas. Una recogida en la iglesia de Santa María que contó con más gente que nunca, a pesar de extenderse más a allá de la una de la madrugada.

En definitiva, Utrera se fue a la cama guardando en su retina las mejores imágenes del Domingo de Ramos, y soñando con un Lunes Santo en el que el cielo permita que los Muchachos de Consolación realice su estación de penitencia desde el santuario de Consolación.