El hombre descuartizado por su sobrino llevaba días desaparecido

Los hechos ocurrieron en el primer piso del bloque de viviendas de la calle Las Cabezas de San Juan, número 21, cuando a media mañana del lunes los agentes descubrían el crimen tras acceder al interior del piso, después de que unos amigos de la víctima denunciaran su desaparición. La Policía mantiene abierta la investigación, si bien se trabaja con la hipótesis de que una discusión pudo desencadenar los hechos . Los datos de la autopsia determinarán ahora las causas y la hora de la muerte, ya que se cree que el crimen pudo cometerse días atrás.

En la zona acordonada estuvieron durante toda la jornada agentes de la Policía Científica recabando pruebas en el lugar del crimen, tomando declaraciones a familiares y vecinos, así como buscando, incluso, restos del cuerpo en contenedores , ya que supuestamente el detenido habría intentado deshacerse de partes del cadáver. Una las vecinas llegó a asegurar que hacía días había visto restos de sangre por las calles próximas al piso. La Policía, además, ha emprendido un dispositivo de búsqueda en el que se incluye el sistema de recogida de basura del municipio y el vertedero de Montemarta-Cónica.

Los dueños de un bar cercano que la víctima solía frecuentar a diario se extrañaron de su ausencia y acudieron a su domicilio para interesarse por él. El fallecido, Diego de Dios, residía en este piso desde que se divorció, aunque en el barrio todos lo conocían . Se había criado allí y, de hecho, sus padres tenían un piso en el mismo bloque. Todos coincidían en afirmar que se trataba de un hombre «tranquilo», «buena gente» y «que no se metía con nadie».

Tenía dos hijos mayores y vivía solo en su piso, aunque desde hacía unos meses tenía alojado a su sobrino , que se había venido desde Gerona por problemas familiares. Diego lo acogió en su casa este verano, según fuentes cercanas, «pensando que serían unos días». Los propios vecinos del bloque aseguraron que «nunca» habían escuchado ruidos ni golpes extraños en el interior de la vivienda.

Días sin verlo

La gran mayoría coincide en afirmar que no veían a Diego desde el viernes, algo que no era habitual ya que frecuentaba a diario algunos bares de la zona, como el de la asociación de vecinos Doctor Fleming. «Venía y se tomaba su cerveza aquí casi todos los días», explicaba el camarero, que aseguró que «en alguna ocasión» había venido acompañado por su sobrino.

Visiblemente afectados por los hechos estaban también en la bodeguita Sebastián, ubicada a escasos cien metros del piso donde ocurrieron los hechos. «Para él, nosotros éramos como de su familia, estaba aquí todos los días , muchas veces nos echaba una mano y lo mandábamos por cambio», explicaba el propietario del bar.

Sin embargo, llevaban ya tres días sin verlo y estaban « preocupados por si le había pasado algo », por lo que decidieron ir a su casa. Llamaron a la puerta y les abrió el sobrino, quien les aseguró en ese momento que «no sabía dónde estaba» su tío. Extrañados por la respuesta, decidieron dar aviso a la Policía Nacional, que se personó en la vivienda donde el sobrino se habría inculpado de los hechos.

El fallecido, perteneciente a la hermandad de la Sagrada Cena de Dos Hermanas, tenía dos hermanas, una de ellas era la madre del detenido, que reside en Gerona desde hace treinta años por motivos de trabajo.