La calle del Infierno como oficina
Cientos de feriantes permiten que los sevillanos disfruten cada año de los 'cacharritos' de la Feria, una parada clave en los calendarios de quienes trabajan en las fiestas populares de España
Guía de la Feria de Sevilla 2025: fechas, casetas, plano, toros y todo lo que tienes que saber
Sevilla
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Iniciar sesiónEn la Feria de Sevilla hay un lugar que tiene la capacidad de ser el preferido de unos y el tormento de otros; por elección u obligación todos los sevillanos han visitado alguna vez los 'cacharritos'. El paraíso de los niños y el infierno de ... sus padres es asimismo el lugar de trabajo de feriantes que recorren España con sus atracciones. En el frenesí que se instala en la calle del Infierno del barrio de los Remedios, encontramos a muchas personas que han hecho de ella su oficina. En un ritmo más apagado de lo normal para no interferir con el disfrute de los que vienen a pasar un buen rato, ABC se traslada hasta la última parcela de la Feria en la mañana de uno de sus días grandes.
La Olla
Uno de los cacharritos más populares entre todos los que conforman el Real es la Olla. Cientos de niños y mayores pasan por esta plataforma en la que más de uno se ha llevado un codazo del de al lado. Eso sí, las risas siempre están aseguradas. Julián es quien pone voz a la atracción, que con sus recurrentes comentarios sobre los clientes que a duras penas de mantienen en pie hace que la experiencia sea aún más divertida para quien se monta. Es de Lucena, Córdoba, y ha trabajado durante muchos años en este tipo de atracciones. «Sé lo que a la gente le hace gracia y voy improvisando en el momento», explica el veterano feriante, quien reconoce que cuando más se divierte es al caer la noche. «La gente viene perjudicada y es cuando da más juego» apunta Julián, quien añade que «ha visto de todo». En ese sentido, añade que la madrugada es el momento en el que más facturan.
Desde la empresa afirman estar contentos con cómo ha ido la semana, aunque el trabajador admite que han notado el cambio del modelo de feria, pasando del sábado al lunes de pescaíto. «El fin de semana de preferia ha sido bastante flojo comparado a cuando el Alumbrado era el sábado», apostilla Julián al respecto.
El Ratón Vacilón
Otra de las atracciones estrellas que ha divertido a muchas generaciones es el Ratón Vacilón, donde los gritos y las flores que salen volando de las cabezas de las flamencas son el pan de cada día. Esta montaña rusa lleva décadas funcionando en la calle del Infierno, testigo de la ampliación de la oferta de cacharritos con el paso del tiempo.
Rafael lleva 32 años en la empresa recorriendo el país de punta a punta, poniendo la diversión en las principales ferias de las localidades españolas. «La mejor y donde más público tenemos es sin lugar a dudas la de Sevilla», apunta el trabajador. Si hay algo que se recuerda con cariño del Ratón Vacilón es la frase estrella del 'gato' cuando el vagón avanza hacia su boca: «Ay, que te como, que te como». Un audio que se activa automáticamente y que Rafael, después de escucharlo durante prácticamente toda su vida laboral, lo escucha «hasta en sueños».
La Casa del Terror
Los más atrevidos seguro que habrán visitado El Monasterio, una casa del terror en la que a oscuras se recorre un camino en el que más de un susto está garantizado. Aunque los más pequeños son, como es normal, más sensibles a este tipo de atracciones, son muchos los que se animan a probarlo, permitiéndose la entrada de niños a partir de 7 años. Durante la estancia en el Monasterio, diversos actores aparecen y asustan a los clientes, lo que ha dejado estampas insólitas a lo largo de los años. «Ayer mismo una niña pequeña se lo hizo encima del miedo», explica uno de los encargados de la atracción.
Espe, en taquilla, es la novia de Fran, quien se aparece a los sevillanos con una motosierra al deambular por esta atracción y que en el momento de esta entrevista estaba actuando. «Ha visto de todo, a más de una la ha sacado desmayada», explica la trabajadora, quien añade que hay quien se arrepiente en la misma puerta. Sin embargo, en situaciones normales, aunque con los niños que lo pasen muy mal pueden hacer la excepción, no se deja salir a los adultos. «Nosotros, la verdad, nos echamos unas risas», apunta Espe quien admite que a pesar de conocer a todos los actores, ella misma «se muere de miedo» al entrar.
El puesto de gofres
No sólo los mencionados anteriormente están abarrotados de personas, sino que muchos deciden tomarse la última cerveza en el puesto de los gofres. A la entrada de la calle del Infierno por Costillares se encuentra el puesto de gofres El Manzano que, junto a Gofres Belinda, se han convertido en la continuación de la fiesta para cientos de jóvenes. Al cierre de muchas casetas alrededor de las cuatro de la mañana, los cacharritos viven un auténtico resurgir.
Juan Jesús lleva trabajando en el puesto toda la vida. «Desde hace un par de años vendemos más cervezas que gofres», explica el sevillano. Al ver que son tantos los que no abandonan la Feria sin antes pasar por su puesto, ellos mismos deciden animar la noche poniendo música a todo volumen y permitiendo que algunos de los jóvenes que se agolpan en su puesto entren a bailar con ellos, incluso a tocar la campana que tienen para anunciar bote. «Ayer pudimos subir a 15 personas y aguantamos hasta que se vayan, aunque si por muchos fueran se quedaban hasta el mediodía», apunta.
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