Potaje Gitano de Utrera, pionero de los festivales flamencos

A algunos sorprende que el Potaje Gitano de Utrera, donde alrededor de las mesas los vecinos y aficionados venidos de otros pueblos se reúnen al calor de la olla, programe artistas de vanguardia que no son gitanos . ¡Incluso que les rinda tributo! Lo cierto es que, aunque en sus bases defienda el cante gitano andaluz , el aperturismo ha sido una de las máximas en el festival que la Hermandad de los Gitanos organiza en la tierra que dio a luz un Bambino, un Perrate, dos hermanas que rabiaron dolor y un Enrique Montoya, tan ricos y diversos. Donde soleá y cuplé comparten espacio, tienen cabida Manuel Torre, Raimundo Amador, Raphael y Paco de Lucía, cuatro de los protagonistas de pasadas ediciones. Con esto, durante más de seis décadas, han conseguido la notoriedad necesaria para seguir tomando impulso entre tantas alternativas que se ofrecen en verano. Las modas pasan, como las estaciones y los años, pero el Potaje continúa, siendo parte sustanciosa de cada presente.

De él, que además tiene fines benéficos , beben el resto de citas: la Caracolá de Lebrija y el Gazpacho de Morón, por ejemplo, que nacieron en su estela a lo largo de los años 60. Gastronomía, voz y guitarra, las de El Perla, Antonio Moya, Nono Jero, Paco León, El Bolita, Eugenio Iglesias y Rubén Campos, quedan unidas en una noche en la que trataremos de buscar viejos y nuevos duendes. Declarado Bien de Interés Turístico Nacional, este ritual que se adentra por la madrugada congrega a parroquianos y curiosos que lo descubren por vez primera. Hay gente que se acerca con neveras y tortillas. Que desde hace semanas lo espera por el carácter de reunión que les merece. Tiene esencia popular y arraigo en sus entrañas.

La danza de Manuel Liñán en ‘¡Viva!’ dio el pistoletazo de salida, pero el Festival Flamenco de Londres , que se extiende a otras ciudades como Mánchester con actividades paralelas y que cuenta con la colaboración del Instituto Cervantes, llenará de cante, baile y guitarra espacios tan emblemáticos como el Sadler’s Well Theatre hasta el próximo 2 de julio.

Por este marco pasará este mismo domingo Estrella Morente en concierto. Tras ella, el bailaor Jesús Carmona con ‘El salto’, el guitarrista almeriense Tomatito como solista, la compañía de María Pagés , Premio Princesa de Asturias, con el montaje ‘Una oda al tiempo’, y Rocío Márquez con su último proyecto junto a Bronquio, ‘Tercer cielo’, de sonido electrónico, son algunas de las citas más esperadas del cartel.

Se han programado jóvenes promesas: Yerai Cortés , Ángeles Toledano , El Yiyo, Paula Comitre... Formaciones como Los Voluble y propuestas como la de Ana González junto a Frederick Bernas, quienes introducen lo ‘queer’. También figuras de sobra consagradas con espectáculos que se llevan fraguando desde hace quizá varios siglos. La compañía de María del Mar Moreno , como es el caso, presume en esta ocasión de tres invitadas de lujo: Juana la del Pipa , La Moneta y Pastora Galván . Tradición y vanguardia se exporta a partes iguales por Reino Unido, donde vuelve la música jonda entre tótems y nuevos rostros.

Hay un gusto por lo bizarro en este trabajo. La disonancia que produce escuchar a Tomás de Perrate, de eco orondo, como si evocara al padre al final de sus días, haciendo travesuras más allá de la ortodoxia genera sensaciones encontradas. En este descontexto me topo con delirios, pérdidas y hallazgos. Se ha ido hasta el Siglo de Oro para crear un flamenco gitano y ficticio con los mimbres de allá. Lo hace de la mano del productor Pedro G. Romero , con quien no comparto intereses, y Raúl Refree , quien de sus carencias técnicas ha hecho un sello. ¡Cómo está la industria!

Del lado más tradicional están las seguirillas del Nitri, Lacherna y Tío José de Paula, la soleá de la Serneta y las bulerías con aires de Utrera . Pura casa. Legado insuperable que, como tal, en sí mismo le induce a probar otros esquemas. Del otro, más disruptivo , un poema dadaísta, de Karawane, que quedará como una rareza, una folía en la que se ha bajado el tono una octava al completo para arrastrarse por los graves suelos y la toná de Jacinto Almadén con arreglos tenebrosos. Casi a pop, por su carácter rítmico, que se adhiere al oído a fuerza de repetición, me suenan sus ‘Tres golpes’ y la chacona ‘Boa Doña’, con bellos estribillos. Jácaras, seguidillas de contenido mitológico, romances…

Tomás de Perrate encierra viejos tesoros e inquietudes dispares . Quiere paladear. A confundirse está dispuesto, como todo creador que asume riesgos. Y este proyecto, de manera global, me resulta algo disperso: con luces y sombras. Como una piedra por pulir que en su hora de duración te hechiza igual que de pronto se marcha por derroteros poco memorables. Hace tiempo que tomó un camino. Este es. Con todas sus consecuencias. Y habremos de seguirlo para ver qué nos depara su extrañeza.