Antonio García (Arde Bogotá): «Hay cosas que no quiero que dejen de pasar y eso me ha costado digerirlo»

-Lleváis un par de años desde que salió el disco inmersos en una vorágine de éxitos: la nominación a los Latin Grammy, el Ondas, los conciertos con todo vendido... ¿cómo encontráis la toma a tierra?

-Hay varias cosas que influyen. Una muy importante es que somos una banda, ser cuatro ayuda mucho a distribuir los golpes, tanto los buenos como los malos. Siempre hay un compañero que lo lleva mejor, tanto lo bueno como lo malo, y eso te ayuda a llegar lo mejor en el caso de que se te esté haciendo más bola. Tratamos de generar bastante normalidad en torno a todo. Al final creo que nuestras vidas han cambiado en lo laboral, pero en lo personal son bastante similares a lo que eran hace cinco o seis años. Salimos con la misma gente, vivimos en los mismos sitios, vamos a los mismos bares. Está todo bastante parecido y creo que eso es muy útil, creo que eso hace mucho.

-¿Teméis que eso pueda cambiar algún día?

-No, yo creo que eso no... No me imagino un futuro en el que sea absolutamente imposible. Creo que ese tipo de fama está ligado a ciertas celebridades a las que nosotros no aspiramos a ser. Celebridades de la tele, gente que es reconocida por su vida y no solo por su trabajo. Sin embargo, yo creo que nosotros no tenemos ninguna intención de que nuestras vidas sean reconocidas de ninguna manera. Entonces, bueno, que vayas a algún sitio y alguien quiere hacerse una foto porque le gustan las canciones, pues bienvenido, seas maravilloso.

-Hablaba antes de que hay algunos en el grupo que lo llevan mejor, otros peor. 'Cowboys de la A3' ha supuesto desde luego un éxito rotundo, ¿qué ha sido lo más complicado de gestionar de ese éxito?

-Hay muchas cosas. Conforme me va llegando a la cabeza… Es complejo gestionar el miedo a perderlo. De repente, cuando alcanzas ciertas cosas que son tan valiosas, como tener una banda como la que tenemos, tener el reconocimiento que tenemos, que esto sea nuestro oficio, que nos dé para vivir muy bien... Es muy fácil generar apego a ello y decir ojalá que no acabe nunca y tener miedo de que se acabe y que todas las cosas que pasan puedan parecer potenciales riesgos para el final de la aventura. Luego también aparece la preocupación por publicar algo nuevo porque de repente te parece que si todo lo que publicaste te llevó hasta conseguir algo tan valioso, qué vas a hacer lo siguiente, cómo va a recibirlo la gente, dónde te va a llevar eso.

Intento pensar que no es distinto de lo que le pasaría a una persona que montara una zapatería y le fuera muy bien. Montas una zapatería, te va muy bien y de repente tienes miedo de que dejes de ir bien, de que si contratas a una persona más de repente luego no la vas a poder pagar, de que la próxima colección de zapatos que traigas no le vaya a gustar a nadie. Creo que son miedos que están absolutamente ligados a vivir de la validación de los demás. Y te curan ayudándote tú, haciendo cosas que te llenen a ti primero.

-En ese sentido, ¿influye en las decisiones que tomáis, en la dirección en la que vais?

-Sí, decir que el mundo no se cuela en las tomas de decisiones o en tu cabeza o en los miedos que tengas cuando ponderas si A o B, sería mentir. Claro que se cuela y está todo el tiempo dentro. Lo importante es no hacerle caso [al miedo] por encima de la intuición y sobre todo de la emoción de uno. Al final nos metimos aquí porque nos gustaba hacer música y queríamos hacer una banda y queríamos hacer canciones y conciertos y eso es lo que tiene que ser.

Tratamos de tomar las decisiones y hacer las canciones que harían las bandas que nos encantan. Tratamos de ser una banda de la que nosotros seríamos súper fans, porque eso es lo que nos gustaría, porque eso es lo que hicimos, eso es lo que queríamos hacer. Pero bueno, sí, claro que se mete en tu cabeza y claro que está presente y pulula por la habitación, pero creo que no le hacemos caso nunca. Creo que solo le hacemos caso a lo que de verdad nos emociona y lo que intuitivamente nos parece lógico.

-Volviendo a los directos, Antonio, aquí en Sevilla todavía se recuerdan las dos noches de la Custom, que fueron dos grandes noches..

-[Ríe] Sí, fueron muy divertidas.

-Os reconocéis como una banda de salas, a pesar de que en estos dos años habéis tenido también muchos grandes aforos, además de encabezar principales festivales. En las salas hay lugar para que ocurran otro tipo de cosas que en otros aforos no.

-Sí, me parece un espacio de mayor comunión con el público. La Custom es un sitio donde casi que puedes ver al último espectador del escenario. Y eso te permite, al menos a mí me ha permitido siempre, sentir una mayor interacción, tener la impresión de que vamos a comunicarnos y a compartir todos los que estamos. Que no me dejo a nadie fuera. Y eso ocurre en ciertos sitios con magia. Y luego en un determinado aforo, porque a partir de una cierta cantidad de personas, la luz del escenario ya deja de iluminar al público y lo que hay es un muro negro de gente que sabes que está ahí cuando los escuchas pero no los puedes ver. Entonces, bueno, es una experiencia distinta. Quizá un poco más difícil.

-Hablando de directo, estrenáis en Sonorama, en formato festival, el nuevo show: 'Eclipse', donde se mezcla una narrativa con más visuales y escenografía, una propuesta más inmersiva que ha recibido abuenas críticas en todo el país. ¿Cómo surge la idea de hacer un show así?

-El show lo empezamos a idear para hacer tres espacios que hacíamos a finales del año pasado, que eran el Palacio de los Deportes de Murcia, el Palacio de los Deportes de Madrid y el Sant Jordi Club de Barcelona. Ahí teníamos dos ideas fundamentales. Una era que había que contar una cosa para que el espectador que estuviera en la última fila lo pudiera ver y lo pudiera sentir igual que el que estuviera en la primera, o muy parecido. Algo muy cinematográfico, que tuviera mucho apoyo en las pantallas, que tuviera mucho apoyo en la cámara, que tuviera la posibilidad de sumergir al espectador más dentro del show de lo que estábamos haciendo antes.

Y luego algún tipo de narración, algún tipo de mensaje que pudiera aunar todo lo que era nuestro repertorio hasta la fecha. Y ahí con Diego Andrés, que es como se llama el director de todo este pifostio, con él hablamos de que si el repertorio de la banda hasta ese punto tenía algo en común era hablar del camino desde la oscuridad hacia la luz, de una suerte de superación de un camino oscuro para alcanzar una claridad. Y entonces él propuso que hiciéramos un eclipse. Él propuso que contáramos la historia de un eclipse. Eso es lo que llevamos al escenario.

-Después de Sonorama ¿vais a seguir llevando 'Eclipse' a otros escenarios o es algo que acaba ahí?

-Sí, lo llevaremos a Sevilla seguro. Y lo llevaremos a Mallorca también, que es después de Sonorama. Y sí, ahora este fin de semana lo hacemos en Valencia y después en Santander. O sea, todo lo que queda este verano será este show. En Sonorama supongo que tendremos que hacer un poco menos de repertorio porque es un festival y hay más compañeros cantando [ríe]. Pero sí, el resto del verano vamos con todo.

-Volviendo a las composiciones: ya estáis trabajando en el tercer disco, pero antes de entrar ahí, habría que mencionar todo lo que habéis vivido tras la salida de 'Cowboys de la A3'. Para vosotros, ¿qué es más peligroso a la hora de revisar una composición: creerse una crítica o un halago?

-A todo el mundo le gusta un halago, desde luego. Creo que los halagos son siempre buenos por naturaleza. Yo no hubiera publicado el disco si no me gustara. Que a alguien más le guste, que lo diga y que lo halague, refuerza mi opinión y me hace ver que no era solo mía, sino que también la compartía alguien más. Las críticas… De algunas críticas he aprendido sobre todo a tratar de anticipar cómo lo va a ver el público. Me he dado cuenta de que muchas veces uno está inmerso en la rueda, inmerso como en la creación, inmerso en el mundo de la banda y va tomando decisiones dentro de eso, pero hay veces que hay que tratar de salir de eso y pensar, esto cuando lo escuche a una persona por primera vez en su casa, ¿qué va a pensar? ¿Cómo lo va a entender?

En algunas críticas he leído como se ha entendido algo y he pensado que muy probablemente esto en frío no llega tal y como yo pensaba que llegaría, o puede no llegar como yo pensaba que llegaría, porque hay gente que sí lo está entendiendo y gente que no. Bueno, pues eso me ha ayudado. Y no estoy contando con el hate, sino con críticos musicales de los que respeto su opinión, incluso la valoro, y sin embargo difiere de la mía porque no les gusta lo que hemos hecho, sí creo que son útiles también. Son útiles para ver cómo se ve el trabajo desde otro prisma y desde otro enfoque, y eso ayuda a seguir creciendo.

-Y todo esto, ¿es algo que de algún modo sentís que ha permeado o habéis hecho un poco reseteo para empezar de cero?

-Creo que ese tipo de críticas, y también los halagos, van calando en uno como creador y ya, pero cuando llegas y te enfrentas a la creación debes enfrentarte en blanco, simplemente estás abierto a que ocurran cosas que te emocionen y con eso vas tomando decisiones creativas. Si fueras a la creación pensando en la crítica que hizo tal señor o lo que dijo tal otro, o esto que ha funcionado o esto que no ha funcionado te estarías privando de cosas, te estarías privando de descubrir de lo que se trata y de emocionarte.

Hay cosas que hemos entendido y que nos han calado y que van haciendo la banda que somos, pero luego hay cosas que incluso aunque no hayan funcionado o aunque no se hayan entendido, seguramente no cambien, porque es quien somos, es nuestra identidad, es lo que ocurre cuando esas cuatro personas se juntan. Y yo creo que eso seguramente no cambiará. Pero lo importante es eso, creo, ir a la creación un poco desnudo, sin nada de lo que hayas recogido por el camino, más allá de lo que haya permeado en ti para siempre.

-Este segundo disco os ha traído un gran número de nuevos seguidores y con ellos peticiones de matrimonio en los conciertos, tatuajes con vuestras letras… ¿Cuál fue el momento en que notó que todo tenía una dimensión más grande de lo que pensaba?

-He tenido varios, pero el más lejano que recuerdo en el tiempo es la presentación del disco precisamente en la Plaza de Toros de Murcia. Eso debió ser mayo o junio de 2022. Ya habíamos tocado en la Plaza de Toros de Murcia y habíamos tocado con la gente sentada y nos parecía como ilógico agotar ese espacio y costó un tiempo lograrlo. Al final se vendió todo y ahí yo tuve la sensación de decir: esto que ocurrió aquí es muy valioso y ojalá que no termine nunca, ¿no? Tuve como esa epifanía, fue un golpe importante en mi vida porque resonó a muchos niveles.

-Afortunadamente se ha mantenido ese crecimiento.

-Sí, desde luego. Pero antes de eso, la banda ha ocupado un lugar en mi vida como de vía de escape, ¿no? Como de pura pasión. Siempre pensé aquí vamos a hacer lo que queramos y lo que nos guste, y si deja de funcionar pues no pasa nada porque hicimos lo que queríamos y lo que nos gustaba. Pero esa noche desarrollé apego. Esa noche sí tuve el miedo a perder lo que habíamos generado y eso cambia mi forma de enfrentarme a la banda y mi forma de acudir a ella, porque ya no es simplemente un lugar donde diga: lo que pase bien está. No, porque ahora hay cosas que no quiero que dejen de pasar y eso me ha costado digerirlo.

-Ahora que estáis planeando el tercero y después de lo que ha supuesto el segundo, ¿habéis abierto vuestras referencias o estáis incidiendo en el camino?

-Creo que sí que hay cosas, referencias que antes no estaban tan presentes y de repente han entrado a ser muy prioritarias para nosotros como los Queens Of The Stone Age o System of A Down. De repente han entrado bandas así, que nos inspiran, pero no dejamos de ser la banda que somos. Hay momentos que digo: esto es una canción que podría haber estado en 'La Noche'. Creo que todo va a depender de cuando cerremos el repertorio. Cuando empecemos a tomar decisiones creativas en la producción y a decir: vamos a alejarnos de o vamos a avanzar en dirección a. Eso va a ser un ejercicio muy difícil y muy chulo también porque hay canciones de las que estamos haciendo que efectivamente pudieran haber estado en 'La Noche'. Si las enfocamos de una forma distinta sonarán, creo, a lo que queremos sonar. Y en eso estamos.

-¿Seguís contando con la producción y la ayuda de Lalo GV para el tercero?

-Pues no lo tenemos claro todavía. Parte de la evolución seguramente será también trabajar con otra gente. Como en el camino hemos estado trabajando con otros productores como Carlos Raya, por ahí ha empezado a prenderla mecha y no sé por dónde lo vamos a enfocar. Es parte de lo que estamos hablando ahora mismo mientras hablamos tú y yo, de eso van los whatsapps que me están entrando ahora mismo.

-Hablábamos antes de la repercusión del disco, pero también habría que mencionar la importancia de canciones como 'Los perros' o 'La salvación'. ¿Notáis en el estudio que una canción tiene algo especial o es alguien de fuera quien suele decir «oye, aquí hay algo»?

-Creo que uno lo suele notar. Es una cosa que comentan casi todos los músicos cuando tienes entre manos algo que parece especial. Lo hueles, pero luego también ha ocurrido que hay otras canciones que unánimemente sabes que tienen algo especial y, si tienes la fortuna de llegar a la gente como con La salvación o Los perros, pues efectivamente lo son. Canciones que nosotros hemos defendido que eran especiales contra la opinión de la gente que nos rodeaba y finalmente creo que lo han sido o han tenido una repercusión especial.

-Con el tercer disco en la mirilla, y sabiendo lo que ha supuesto el segundo, ¿qué le gustaría que ocurriera con estas canciones? ¿Qué querría que se dijera de él o que os trajera el próximo disco?

-Me gustaría que, como habíamos hablado antes, hubiera una evolución, que hubiera un cambio. Me gustaría que fuera un disco original, que tenga una identidad que no sé si mejor o peor, o más o menos nueva, pero sí una identidad que solo le pudiéramos haber aportado nosotros. Que sea un disco que digas: tenía que ser esta gente, para que existiera este disco, si no no podría ser. Luego, también me gustaría que hubiera canciones que emocionaran a la gente, que generasen emoción y momentos especiales en los conciertos como los que he vivido hasta ahora.