Mark Knopfler: rock de altos quilates para una noche sevillana tropical

La actuación de Mark Knopfler comenzó con una puntualidad británica, a las 22:30 horas, algo que no podía dejar de esperarse, por otra parte, siendo un músico escocés el que actuaba en Sevilla. Sobre el césped del Olímpico presentaba su último disco de estudio, «Tracker». Casi 12.000 espectadores llenaron prácticamente el espacio acotado para el estadio en un recital en el que este músico supo combinar lo mejor de su repertorio en solitario con algunas de Dire Straits, que dosificó estratégicamente a lo largo del concierto.

Pero por encima de todo estuvo la clase magistral que ofreció el escocés sobre cómo se debe tocar la guitarra eléctrica, tocando todo tipo de guitarras en el escenario, hasta la National Style O, que aparece en la portada del disco «Brothers in Arms» . Y es que MarkKnopfler ha logrado sobreponerse de forma tranquila a los grandes éxitos de su pasado y a las modas para apostar por un estilo más personal e intimista. Por eso, se ha alejado cada vez más de ese sonido rockero que antes llenaba los grandes estadios para adentrarse en otros territorios mucho menos comerciales, como el folk y el blues, estilos que el escocés domina a la perfección siendo como es un discípulo aventajado de Chet Atkins .

Desde el minuto uno Knopfler supo meterse al público sevillano en el bolsillo con «Broken Bones» , uno de los temas estrella de su último álbum. Paulatinamente fueron sucediéndose canciones de su más reciente producción, como «Corned Beef City». Tras estas dos primeras canciones, el escocés dirigió algunas palabras al público, preguntándole a los espectadores si estaban bien. Acto seguido sonó «Privateering» , que daba título a su anterior disco de estudio que era un doble álbum y que es un corte que demuestra el poderío que tiene la banda de Knopfler en directo. En ese sentido, el Olímpico se impregnó de aires celtas gracias a la magia de Mike Mc Goldrick , músico de primera categoría mundial que interpreta como nadie el uileann pipes o gaita irlandesa. Siguiendo con ese tono dublinés sonó el clásico «Father and Son» , que compuso este músico para la banda sonora de la película «Cal».

El calor seguía arreciando tanto en el ambiente como en el escenario y algún que otro espectador sufrió una bajada de tensión, pero sin graves consecuencias. Estas altas temperaturas fueron refrescadas por dos clásicos de Dire Straits: «Romeo and Juliet» —con la destacada presencia del saxofonista Nigel Hitchcok — y «Sultans of Swing» , todo un himno generacional. El guiño a los Straits se evidenció más con «Your Latest Trick» y «Telegraph Road» , canción esta última de más de diez minutos de duración. El aire andino lo proporcionó el ya clásico moderno «Postcard From Paraguay» , uno de sus mejores temas en solitario.

Tras un breve descanso, sonaron, sin solución de continuidad, los dos últimos temas de la noche, apostando Mark Knopfler por dos pesos pesados de su discografía: «So far Away» y «Going Home» de «Local Hero». Fue un brillante cierre a una noche tropical perfecta.