Edificios de interés histórico de Sevilla lejos de las interminables colas de turistas

Ocurre incluso con puntos de enorme importancia histórica del propio casco antiguo y del mismísimo entorno de los monumentos principales, que por una cosa u otra terminan siendo marginados de la visita típica : las columnas romanas de la calle Mármoles, el convento de San Hermenegildo, la misma iglesia de San Luis de los Franceses... Si esto es así al lado mismo de la Catedral o la Giralda, cuando el foco se aleja todo es aún peor. Y son muchos los edificios históricos de la «periferia» donde apenas hay presencia de turistas o curiosos.

En la Cartuja, el monasterio de Santa María de las Cuevas es uno de los ejemplos a pesar de dar cabida al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo desde 1997. Nada que ver con la masificación puede vivirse en este edificio fundado en 1400 a partir de una ermita previa de los franciscanos levantada a su vez sobre hornos almohades. Frente a la que fuera fábrica de loza, en el viejo barrio de los Humeros, la iglesia de San Laureano se mantiene cerrada y abandonada en la calle Goles. Construida sobre parte de las caballerizas de la que fue la casa de Hernando Colón (1526), los frailes de la Orden de la Merced la edificaron a principios del siglo XVII. La desamortización de 1836 dejó al templo en manos del Estado y abandonado. Una constructora levantó pisos en el patio, quedando en manos del Ayuntamiento la iglesia, junto a los restos de la muralla. Las «obras urgentes» nunca llegan a acometerse. Casi al lado, la capilla de los Humeros, del siglo XVIII, posee un importante legado histórico. Y al final mismo de la calle Torneo se conservó la Torre de los Perdigones , símbolo de la actividad fabril del siglo XIX, que ofrece en su cúspide una cámara oscura con magníficas vistas de la ciudad.

En esa zona norte también hay otras referencias patrimoniales destacadas, como la Puerta de Córdoba , anexa a la muralla de la Macarena y a la iglesia de San Hermenegildo. La torre-puerta guarda un oratorio con artesonado mudéjar y el acceso al que pudo ser el calabozo en el que el visigodo Leovigildo encarceló a su hijo, Hermenegildo, por no renunciar a su fe. A su lado, el único tramo completo de muralla almohade conservada, el de la Macarena, que necesita una restauración. A dos pasos muralla adentro, otra visita interesante es la de la iglesia de Santa Lucía , precioso ejemplo de arquitectura gótico-mudéjar del siglo XIV que fue desacralizada y hoy es titularidad de la Junta.

Más al norte aún, otro espacio con interés patrimonial es el monasterio de San Jerónimo , fundado en 1413 por fray Diego de Sevilla. En 1983 el Ayuntamiento compró todo el conjunto y gracias a la Expo 92 la comisión del V Centenario realizó una primera inversión para su conservación. Pero fue en 2014 cuando tras un profundo trabajo fue reabierto y se usa para actividades culturales y vecinales. En esos límites del norte sevillano también se encuentra el Humilladero de San Onofre , pequeño templete junto a las vías del ferrocarril rodeado de leyendas cuya restauración han reclamado varias entidades. Actualmente lo preside un Corazón de Jesús en hierro fundido. También al norte está la iglesia del hospital de San Lázaro, uno de los que más siglos lleva funcionando en Europa y, pese a tratarse de un bien de interés cultural, en estado de deterioro límite por la dejadez de la Junta.

Al otro lado de la ciudad también existen espacios de interés, como tres tramos de los Caños de Carmona , acueducto romano reconstruido por los almohades, o el Templete de la Cruz del Campo, origen de la Semana Santa. Y muy cerca, el Palacio de la Buhaira, del siglo XII, y la inacabada basílica de la Milagrosa.