Donaciones de órganos
«Amigo Vallejo salvó muchas vidas porque muchos católicos no querían donar entonces sus órganos»
El ex coordinador de Trasplantes de Sevilla, José Pérez Bernal, considera decisiva su pastoral de 2002: «Fue de los primeros de la jerarquía de la Iglesia que hablaron de este asunto y cuando alentó la donación desapareció la resistencia de los familiares a ceder los órganos de sus seres queridos»
El hermano Pablo: «Don Carlos Amigo Vallejo fue para mí un maestro más que un jefe»
El cardenal Amigo Vallejo junto a José Pérez Bernal en el Congreso Maternidad y Trasplantes de 2005
Pablo Noguera , secretario de Carlos Amigo Vallejo durante más de treinta años (al que el cardenal llamaba «el hermano Pablo») recogió el 1 de junio en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla el premio que varias asociaciones de ... trasplantados de Andalucía concedieron al que fue arzobispo de Sevilla desde 1982 a 2009 por su labor en favor de la cultura de la donación de órganos. Un reconocimiento de todos los pacientes trasplantados que salvaron su vida ( y, en los casos de mujeres en edad fértil, concibieron otras) al que el religioso franciscano fallecido el pasado 27 de abril se hizo acreedor por hechos muy concretos en los que demostró su coraje y determinación con el derecho a la vida.
Aunque la donación de órganos está hoy muy extendida y aceptada en España, el país con la tasa de donantes más elevadas del mundo, no siempre fue así. José Pérez Bernal, que fue coordinador de Trasplantes durante la primera década de este siglo, recuerda que a mediados de los años 90 muchas familias se negaban a donar los órganos de sus seres queridos.
«Se nos morían muchos pacientes porque no les llegaba ningún órgano y fuimos a pedirle ayuda a don Carlos para ver si podía evitarlo con un mensaje positivo respecto a la donación«, cuenta el doctor Pérez Bernal. Había muy pocas donaciones y las razones que daban los familiares de los fallecidos eran religiosas. »Los católicos sevillanos y los andaluces en general eran muy reacios entonces a las donaciones de órganos porque pensaban que si el cuerpo no llegaba entero al cielo no resucitaría y don Carlos captó perfectamente esta circunstancia e incluyó en su carta pastoral de 2002 una frase definitiva en la que nos riñe a los cristianos: «Dejemos a un lado los viejos prejuicios, nacidos del miedo, de la falta de información y hasta de la misma superstición, y pensemos, más bien, en el inmenso favor que se puede hacer al que está condenado a una vida precaria, y hasta a la misma muerte, si no dispone de un órgano para el trasplante».
Esa pastoral, titulada «No te lleves al cielo lo que necesitamos aquí», se publicó el 5 de junio de 2002, y fue decisiva para vencer la resistencia de muchos católicos a donar los órganos de sus familiares fallecidos. «Cuando se te muere un hijo es normal estar bloqueado y no saber qué decisión tomar pero desde que apareció esa pastoral todo cambió», recuerda el doctor Pérez Bernal. « Don Carlos me regaló el documento original firmado de su puño y pastoral y lo enmarqué. Y cada vez que un familiar ponía alguna resistencia diciendo que su familiar no resucitaría si no llegaba íntegro el cuerpo, yo iba al despacho de la coordinación de Trasplantes del Virgen del Rocío, descolgaba el cuadro y se lo llevaba a persona para que lo leyera. En él decía don Carlos que «en el día último del juicio, cada vacío de tu cuerpo, el que donaste a tu hermano, estará colmado de la generosidad de Dios. La libre donación de los órganos del propio cuerpo es un generoso acto de amor cristiano y un noble gesto que dignifica nuestra condición humana».
Después de leerlo -explica el doctor Pérez Bernal-, todo el mundo donaba los órganos de sus hijos o sus familiares mas queridos«.
Una portada de ABC
Antes de esa «decisiva» pastoral, subraya el ex coordinador de Trasplantes, abrió el camino a la nueva cultura de la donación unas declaraciones de Amigo Vallejo a ABC en 1997, que el periódico llevó a su portada bajo el título: « El arzobispo alienta las donaciones«.
Portada de ABC de Sevilla del 20 de marzo de 1997 con la imagen de Amigo Vallejo bautizando a la hija de Ana María Ornedo, primera trasplantada de hígado de Andalucía y segunda de España que fue madre // ABC
«Esa portada fue un aldabonazo que concienció a mucha gente y su inspirador fue un redactor jefe del periódico, Tomás Balbontín , que años después, cosas del destino, estuvo a punto de morir por una insuficiencia hepática terminal y al que salvó la vida precisamente la generosidad de un donante y ese nuevo hígado«, recuerda el doctor Pérez Bernal. Cuando este compañero de ABC recibió el trasplante, Nani Carvajal , su esposa, estaba embarazada.
Amigo Vallejo fue de las primeras voces en la jerarquía eclesiástica que afrontó el tema de las donaciones y mostró una gran sensibilidad hacia todos los enfermos. Sin embargo, el caso de Ana María Ornedo, una chica con hepatitis y trasplantada dos veces de hígado a la que se le autorizó la maternidad, le llegó especialmente al corazón. «Fue una maternidad muy controlada, porque era la primera trasplantada de hígado de Andalucía y segunda de España que se había quedado embarazada», recuerda el doctor Pérez Bernal . La primera fue Isi Sayago, la primera mujer que presentó un programa de flamenco en la televisión andaluza. Esta periodista onubense, que falleció el 12 de junio de 2013 por un cáncer linfático, se trasplantó en Madrid porque aún no se había empezado en Andalucía con los trasplantes. Fue también la primera mujer trasplantada en Europa que logró ser madre.
Beatriz , la hija de Ana María Ornedo , fue la segunda bebé de España de una madre trasplantada de hígado y Amigo Vallejo accedió a bautizarla. «Vio muy claro que la donación era una nueva manera de luchar por la vida y todos los años venía a verla. El próximo mes de noviembre cumplirá 26 años», dice ex coordinador de trasplantes.
En su famosa pastoral, titulada «No te lleves al cielo lo que necesitamos aquí», el arzobispo de Sevilla afirmaba: «Dejemos a un lado los viejos prejuicios, nacidos del miedo, de la falta de información y hasta de la misma superstición, y pensemos, más bien, en el inmenso favor que se puede hacer al que está condenado a una vida precaria, y hasta a la misma muerte, si no dispone de un órgano para el trasplante».
En 2005 empezaron a nacer muchos hijos de mujeres trasplantadas. Hasta ese año los médicos no lo aconsejaban por el miedo a perder el órgano y al niño. «Muchas trasplantadas no se atrevían a ser madres pero ya teníamos tres casos en el Virgen del Rocío de madres trasplantadas de hígado. Decidimos organizar un encuentro de Maternidad y Trasplantes. Y vinieron muchas madres y mujeres trasplantadas que querían informarse. Le pedimos a don Carlos que cerrara el encuentro en el Salón del Trono del Palacio Arzobispal. Disfrutó mucho y se rio con los niños . Era la época de la ley del aborto y nosotros luchábamos porque nacieran niños . En el cartel de ese encuentro se decía «un trasplante no sólo salva una vida sino que da toda una vida», recuerda el doctor Pérez Bernal.
Amigo Vallejo , tras su marcha de la Diócesis de Sevilla, vino desde Madrid para casar a Carmen Redondo , una mujer con hepatitis inmune que estuvo seis meses convaleciente en el hospital Virgen del Rocío. «Cuando llevaba cuatro meses en el centro le dije que iba a salir con vida de ésta y que se iba a casar el año siguiente. Y que su matrimonio lo oficiaría don Carlos», recuerda el ex coordinador de Trasplantes. Era junio de 2016. «Siempre vino cuando se lo pedí y le gustaba estar con los enfermos en la UCI y en la unidad de Trasplantes».
Amigo Vallejo observa el paso de la Amargura el 14 de marzo de 2008, el primero de la Semana Santa de Sevilla que dedicó un cirio al donante de órganos. Hoy son 42 cofradías la que lo llevan, aparte de las de Gloria y las de muchos pasos de los pueblos de la provincia
Amigo Vallejo abrió las puertas de los corazones de los sevillanos a los trasplantes y todas las personas implicadas durante aquella época en donaciones y trasplantes coinciden en que hubo un antes y un después en la historia de las donaciones en España tras su pastoral de 2002, que tuvo una amplia repercusión en toda la geografía española. En ella decía que «la generosa y libre donación de los órganos del propio cuerpo es un generoso acto de amor cristiano y un noble gesto que dignifica nuestra condición humana «.
Las hermandades de Sevilla siguieron el ejemplo de Carlos Amigo Vallejo e hicieron suya la causa de la donación. «Era un tema desconocido y al principio fueron muy reacias pero el apoyo de don Carlo logró que acabaran entendiendo las donaciones como un acto de amor al prójimo. Do n Carlos ha salvado muchas vidas porque antes se nos morían muchas personas esperando un trasplante . Eso era dramático y por eso le pedimos ayuda«, recuerda el doctor Pérez Bernal.
La Macarena
La primera hermandad que cogió esa bandera fue la Macarena. «Trasplantamos a un costalero, Carlos Monje, por un virus de hepatitis C y el entonces hermano mayor Joaquín Sainz de la Maza se comprometió a ayudarnos y empezó por hacer a la Esperanza Macarena patrona de los trasplantados de hígado y de su asociación de pacientes desde el 27 de junio de 2001. La Virgen de la Estrella es patrona de la Asociación Andaluza de Trasplantados de Corazón desde el 1 de diciembre de 2007 y la Virgen de las Angustias, de la hermandad de los Gitanos, es patrona de los donantes de órganos de Sevilla desde el 15 de abril de 2011. Todo eso ocurrió por don Carlos «, dice el ex coordinador de trasplantes.
El Cristo de la Sed se convirtió en patrono de los enfermos renales el 8 de diciembre de 2016 pero ocho años antes el Consejo de Cofradías encargó el cartel de Semana Santa a Emilio Díaz Cantelar , cuya esposa estaba trasplantada. «En una vela del paso de la Amargura puso un mensaje dedicado al donante de órgano y don Carlos nos dijo a Manolo Román, entonces presidente del Consejo de Cofradías, al pintor y a mí que ese mensaje tenía mucha fuerza.
El cardenal puso el primer cirio dedicado a los donantes en el paso de la Amargura«. Este año son 42 cofradías en Sevilla las que llevan cirios dedicados a los donantes, a las que hay que suma muchísimas hermandades de Gloria y las de muchos pueblos sevillanos. El cirio del donante es ya una tradición.
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