Abandono y vandalismo se hacen crónicos en parques y zonas verdes de Sevilla

Este paseo por las principales zonas verdes de la ciudad arranca en su parque más emblemático y que recibe a diario miles de visita: el Parque de María Luisa , al que los puntos negros le crecen. La i nversión municipal en este espacio es millonaria para la puesta a punto, pero la falta de un correcto mantenimient o hace que ese gasto pierda sentido.

Un buen ejemplo es el Pabellón de Telefónica , al que se han destinado 230.000 euros para su reforma y reutilización como centro de formación, que está rodeado a día de hoy de una vegetación descontrolada y elementos que ya han sido objetivo de los vándalos.

Hace unos meses, varias asociaciones como la Plataforma Ciudadana por los Parques, los Jardines y el Paisaje de Sevilla reclamaron al Ayuntamiento actuaciones para paliar «la precaria situación en la que se encuentra el parque».

En una carta remitida al Consistorio detallaban problemas de mantenimiento en árboles y plantas y en el estado de los caminos, poniendo el acento en la avenida de los Plátanos o la de los Cisnes . Han transcurrido los meses y esos lunares que afean a uno de los tesoros del patrimonio sevillano siguen sin resolverse. Sirvan de ejemplo los socavones que se observan en la avenida de los Cisnes y que los ciclistas, patinadores y otros deportistas que acuden a este pulmón verde, deben sortear para evitar caídas.

A dos pasos del pulmón verde con más historia de Sevilla se encuentra el parque infantil Blancanieves , que en tiempos sirvió como aula al aire libre de seguridad vial para que los escolares sevillanos tuvieran su primer contacto con las normas de tráfico.

En 2018, IU, hoy integrada en Adelante Sevilla , la marca de Podemos en la capital hispalense que facilita la gobernabilidad de Juan Espadas , denunciaba el estado de abandono de este espacio que se había reabierto en 2012 tras otra inversión millonaria para ponerlo a punto.

A día de hoy, el problema de mantenimiento sigue, como se puede comprobar a simple vista. Un detalle que muestra esta dejadez se ve en el cartel que informa de los horarios del punto de información medioambiental que instaló allí la Fundación Forja XXI . Este ente, muy ligado a la administración andaluza durante la etapa socialista, dejó de tener actividad en 2014.

Del parque con más historia de la ciudad, a uno que no ha alcanzado la mediana edad. El parque del Alamillo , en la otra punta de la capital, evidencia problemas de mantenimiento en mobiliario urbano y en elementos de las áreas infantiles. También se observan deficiencias en el asfaltado de los caminos y alcorques vacíos que muestran una imagen muy poco verde para este espacio, muy frecuentado por las familias.

En los jardines del Guadalquivir , uno de los parques que nacieron con la Expo 92, la Red Ciudadana de Sevilla denunciaba en enero talas masivas de árboles. Pero el principal problema que presenta este espacio es el abandono de algunas de sus zonas, con los restos de piezas artísticas que han sido sustraídas, otras redecoradas con grafitis, fuentes vandalizadas.

El Ayuntamiento también ha invertido en los últimos tiempos en este espacio, aumentando el personal dedicado a la limpieza y poda y aplicando planes de choque, pero esa gestión y su consiguiente gasto no consiguen revivir este espacio verde.

Saliendo de los parques, en la Ronda del Tamarguillo , hay tramos donde la vegetación crece sin control, afeando la imagen de lo que debía ser un bulevar. En la Isla de la Cartuja , los focos que evidencian una falta de mantenimiento alarmante en cuanto a limpieza y cuidado son varios como el Charco de la Pava o el entorno del estadio de la Cartuja.

De este repaso en negativo tampoco se escapan los barrios más pudientes de la capital como ocurre con el distrito Nervión. Un ejemplo son los jardines de la Buhaira con árboles en mal estado, socavones y, de nuevo, las pintadas.

Para la oposición la clave está en el recorte del presupuesto para parques y jardines. Desde el Consistorio se responde que partían de una situación peor cuando llegaron al Gobierno local y defienden documentos como el plan director del arbolado que consideran que hace una apuesta decidida por la biodiversidad y por la protección del arbolado y zonas verdes «con una visión de futuro centrada en los efectos del cambio climático» , señalaba hace unos meses el delegado de Transición Ecológica, David Guevara.