Carmen Vargas, nueva rectora de la Universidad de Sevilla: «Esto ha sido la gran oposición de mi vida»

-La primera pregunta es obligada, ¿qué sensación le produce ser nombrada rectora de la US?

-La sensación es múltiple: alegría, mucha satisfacción y muchas ganas de trabajar por mi universidad. También una sensación de mucha responsabilidad, orgullo, agradecimiento, mucha humildad y mucho servicio público.

-Tiene más de 12 años de experiencia en gestión, ha trabajado con dos rectores diferentes. ¿Qué ha aprendido de cara a este nuevo reto que se le plantea?

-Muchas cosas. La universidad es muy grande, tiene muchas partes de gestión, y por cada servicio por el que yo he pasado he aprendido un poquito. En Farmacia aprendí el día a día del personal técnico, de gestión y administración de servicios. La dirección de planes de estudio me ha dado un bagaje en todo lo que son las memorias de verificación de los títulos; en el vicerrectorado de posgrado he aprendido de máster y de doctorado; y en internacionalización he aprendido de todo porque abarca toda la universidad en su conjunto. Se aprende mucho al conocer otras universidades de fuera de España. ir desde China a Latinoamérica conociendo cómo se trabaja allí me ha dado mucho bagaje y una convicción de que la universidad del futuro tiene que ser internacional.

-Que una mujer lidere una de las instituciones más importantes de Sevilla, ¿es un ejemplo o es justicia?

-Creo que ambas cosas. Ya era hora de que una universidad tan grande como la de Sevilla tuviera una rectora. Hay poquitas rectoras todavía en España y ha habido muy pocas rectoras en Andalucía. Pero yo pongo la capacidad por delante. Nuestra candidatura merecía la pena porque teníamos la universidad en la cabeza, la conocíamos desde dentro para gestionar con rigor. También nuestras capacidades de transformación, el liderazgo internacional… y solo como último, el hecho histórico de ser la primera mujer. Para mí es importante que se me considere no como mujer, sino como buena gestora.

-634 millones de presupuesto tiene la US, eso equivale a seis veces el presupuesto de una ciudad como Dos Hermanas...

-Y es un presupuesto que no es suficiente. Reivindicamos en la Junta de Andalucía y también al Gobierno central más presupuesto. El 70% del presupuesto se va en gasto de personal, lo cual queda poco para llevar a cabo otros proyectos y por eso hay que gestionar con rigor. Hay que sacar dinero de otros sitios y tendremos nuestra oficina específica con personal que se va a dedicar todo su tiempo a pedir dinero allá donde lo hay.

-¿La Oficina de Captación de Fondos Estratégicos Institucionales?

- Sí. Nosotros vamos fundamentalmente a buscar dinero en Europa, fondos europeos. Estamos muy acostumbrados a pedir fondos europeos para investigación, el proyecto Ulysses… Ahora se trata de pedir dinero para infraestructuras, para digitalización y para sostenibilidad. La sostenibilidad para mí es una especie de obsesión. Tenemos que mejorar la sostenibilidad de nuestros campus y nuestros estudiantes deben saber de esto. Tenemos aparcamientos que se pueden techar y poner placas fotovoltaicas, poner mucho más carril bici, utilizar medios de transporte compartidos, conectar los campus… Todo eso necesita dinero.

-¿De los programas de campaña de los otros candidatos se puede sacar alguna idea?

-Respeto inmensamente los programas de los demás candidatos, había programas más completos que otros. Yo francamente tengo que decir que el nuestro era el más completo de todos. Lo digo con la sinceridad y el orgullo de una persona que lleva preparándose esto mucho tiempo, que ha estudiado mucho. Esto para mí ha sido la gran oposición de mi vida, y tenemos un programa con 1500 medidas que yo creo que no tiene nada que envidiar al resto.

-¿Vive la US en el pasado en aspectos como la burocracia o la digitalización?

-La burocracia es un problema endémico de la universidad española y tiene dos orígenes: uno general, ya que al ser una administración pública está sometida a las mismas leyes que el resto de administraciones públicas; pero también es cierto que nosotros hemos generado demasiada burocracia. Hemos ido a ver hasta siete universidades que teníamos referencia de que se administraban de una manera mucho más ágil y hemos ido cogiendo medidas para aplicarlas aquí en lo que hemos denominado plan de simplificación y apoyo administrativo.

-¿Y cómo atajarán el aluvión de jubilaciones que se acerca en próximos años?

-Hay que hacer una programación estable, plurianual. Tenemos que ser capaces de prever con la suficiente antelación cuáles van a ser los puestos de trabajo que hacen falta. Tenemos mucho personal interino que lleva muchos años esperando su promoción y nos hemos comprometido con ellos a que el año que viene vamos a sacar la convocatoria para que eso se lleve a cabo. Afortunadamente tenemos granero. En el caso del PDI el granero está en nuestros estudiantes de doctorado, que debemos ser capaces de incrementar. El profesor ayudante doctor ahora mismo está sometido a un régimen de dedicación docente de 240 horas anuales y queremos bajárselo a 180 porque ellos también necesitan investigar y promoverse. Los datos del informe de 2024 nos dicen que tenemos aproximadamente un 14% de la plantilla de profesorado sustituto, y eso es mucho. Es una precariedad muy alta, tienen unos salarios muy reducidos y eso hay que negociarlo con la Junta de Andalucía y con los sindicatos. Lucharemos para que sus salarios sean dignos en incluirles el complemento de doctorado que no está hasta este momento y establecer un plan de estabilización de manera que se considere mérito preferente la docencia que ellos dan en las plazas de Ayudante Doctor y a partir de ahí que se vaya produciendo el relevo generacional.

-¿Puede la Universidad facilitar el alojamiento asequible entre los estudiantes en un mercado inmobiliario disparado?

-Existen residencias universitarias con las que la Universidad de Sevilla puede establecer acuerdos para los precios. La oficina de alojamiento va a intentar hacer eso, pero yo creo que donde tenemos que trabajar más es en promover la construcción de viviendas asequibles para nuestros estudiantes, y eso lo queremos hacer mediante una fórmula que ha impulsado el Ministerio de Vivienda que ya han utilizado otras universidades: la cesión de suelo universitario para la construcción de viviendas asequibles. Hay parcelas cerca del hospital Virgen del Rocío, de Montequinto, que pueden usarse para ello.

-¿Aprobar la compensatoria se da por hecho?

-Yo me he comprometido con los estudiantes. Es una medida que tienen muchas universidades, que evidentemente tiene que tener una regulación, pero que la tenemos que incluir. Cambiar un reglamento general no se hace en un mes, pero mientras tanto queremos llevar a cabo un acuerdo con la conferencia de decanos y directores de centros para hacer una transitoria que permita una fórmula que permita la evaluación compensatoria.

-Hábleme de las infraestructuras que quiere llevar a cabo.

-Hay proyectos, como los de Medicina y de Farmacia que están en marcha en diferentes estadios. Lo hemos hecho en fases de manera que si tenemos más financiación podamos hacer varias fases juntas y, si no, pues se haría de manera gradual. Otra que lleva buen ritmo es el Aulario del Cateps, al que le queda rematar la obra y la mudanza. La Facultad de Medicina se merece un edificio moderno y adaptado a las necesidades. El museo también está empezado y las obras están en marcha. El gran proyecto nuevo que a nosotros nos gustaría acometer es el de la reforma del Campus Cartuja. Ahí hay una masa importantísima para la Universidad y para el consejo y creo que todavía no tenemos identidad de campus, necesitamos ordenación de calles, carril bici más espacios verdes...

-¿No cree que la US debería tener más influencia en la vida pública de la ciudad?

-La universidad siempre ha estado en la ciudad y una de las primeras llamadas que recibí al día siguiente de las elecciones fue del alcalde y ya hemos quedado en que nos vamos a ver y que tenemos que seguir trabajando juntos. Nos gustaría instaurar es un consejo ciudad-universidad, una mesa permanente donde se diriman las cuestiones en las que podemos colaborar; y también un foro universidad-ciudad todos los años, un gran evento donde se vea pues todo lo que hace la ciudad y la universidad en su conjunto.

-¿Y el prestigio internacional?

-Debemos seguir subiendo el listón. Ha habido compañeros que nos han dicho que nuestro posicionamiento no es suficiente. Nunca es suficiente pero, habiendo 25.000 universidades en el mundo, estar entre las 500 primeras a mí me parece una buena posición, pero debemos seguir trabajando. Por ejemplo en incrementar el número de títulos bilingües.

-¿No cree que la figura de rector debería estar más a pie de calle y no parecer que está en un púlpito?

-Los que me conocen saben que yo soy cercana y no me va a costar absolutamente ningún trabajo. Tenemos que acercar al equipo de gobierno a la universidad. Quiero volver a todos y cada uno de los centros por los que he pasado y ponerme en serio a ver sus prioridades y establecer una hoja de ruta conjunta con ellos.

-¿Qué legado le gustaría dejar en su etapa como rectora?

-Me gustaría dejar una universidad más moderna, más ágil en su gestión, que la gente tuviera un mayor apego a su universidad, un mayor sentimiento de pertenencia. También me gustaría dejar una universidad más sostenible y una universidad más internacional.