Sevilla
El barrio de los galácticos para la Cruzcampo que se quedó en tierra
Monteseirín reunió en 2006 a arquitectos de talla mundial como Norman Foster, Jean Nouvel, Arata Isozaki y Vázquez Consuegra para un proyecto que se esfumó
El equipo de arquitectos estrella para Altadis se queda a la mitad

El proyecto de Altadis será una realidad porque las obras están en marcha y en plazo, algo inusual en Sevilla. El proyecto es potente tanto a nivel de inversión como por los nombres que lo conforman, pese a que se han caído dos ... de los fichajes estrella del fondo KKH, que es el promotor de la obra. Hay un precedente que, si bien no tiene nada que ver en el destino final del espacio, ha recordado lo ocurrido con la salida del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra y el ingeniero Michel Virgeloux. En 2006, el por entonces alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín presentó a bombo y platillo un barrio diseñado por 'galácticos' de la talla de Norman Foster, Jean Nouvel, Arata Isozaki y el propio Vázquez Consuegra.
En aquellos años previos a la crisis económica, al gobierno municipal socialista se le había metido entre ceja y ceja transformar la ciudad a base de billetera y de un catálogo estelar de arquitectos, como hizo con Jürgen Mayer en las Setas de la Encarnación o a la Universidad con Zaha Hadid en la frustrada biblioteca del Prado. Y, para los suelos de la fábrica de Cruzcampo en la avenida de Andalucía, reunió a estos nombres cual Florentino Pérez con su Madrid de principios del Milenio y los asomó incluso por el balcón de su despacho.
Pero aquel barrio galáctico se quedó en tierra. No llegó a despegar porque la empresa Urvasco, que había adquirido los terrenos por 330 millones de euros para levantar bloques de pisos de lujo, entró en concurso de acreedores. El proyecto que ideó Monteseirín, lo comandaba el arquitecto de cabecera, Vázquez Consuegra, pero todo se esfumó como un sueño, como tantos otros proyectos de Sevilla.
La intención era crear una manzana de viviendas, cuyo diseño hubiera correspondido a los cada uno de los arquitectos invitados. Hubiera tenido también un hotel de gran lujo, de 150 habitaciones, una zona comercial y edificios de oficinas. Nada de aquello ocurrió.
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