La lactancia exclusiva reduce, en entornos controlados, el riesgo de transmisión del VIH
Un estudio ha determinado que la concentración de virus en la leche materna de mujeres infectadas por VIH aumenta cuando dejan de amamantar y si lo hacen de manera no exclusiva. Sin embargo, algunos expertos discrepan de que los resultados sean extrapolables a la vida real.
R. I.
La leche materna es una importante fuente de transmisión de VIH para los bebés en periodo de lactancia. Una investigación realizada por científicos de EE.UU. y Zambia ha puesto de relieve que cuando las madres infectadas dejan de amamantar al niño, o si compaginan ... la lactancia con otros alimentos, la concentración de virus en la leche y el riesgo de contagiar al bebé aumentan. «Esto puede explicar parcialmente la relación entre lactancia exclusiva y disminución del riesgo de transmisión de VIH posparto , en comparación con la lactancia no exclusiva» aseguran los investigadores de la Universidad Columbia (EE.UU.).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a las madres infectadas no amamantar a los niños y sustituir la leche materna por fórmula. Sin embargo, en los países menos desarrollados, esto con frecuencia no es posible. Además, la leche materna contiene importantes componentes importantes para desarrollar el sistema inmune, lo cual puede ser vital en países con una alta incidencia de enfermedades infecciosas.
Por eso, los investigadores, cuyo trabajo se publica en Science Translational Medicine , recomiendan que, aparte de mantener el eficaz tratamiento de la madre con antirretrovirales durante toda la lactancia , los niños deben ser alimentados exclusivamente con leche durante los primeros meses de vida. Una vez decidido, el cese de la lactancia debe ser tan abrupto como sea posible.
Menos virus
Los científicos analizaron la leche materna de más de 900 mujeres de Zambia infectadas por VIH. Algunas de las madres, tras el cuarto mes, continuaron amamantando al bebé de forma exclusiva; otras pararon abruptamente y un tercer grupo compaginó la lactancia con otros métodos de alimentación. Dos semanas después, los resultados mostraron la mayor concentración de virus en la leche de las mujeres que habían dejado de amamantar al niño. La concentración era intermedia en aquellas que continuaban haciéndolo de forma intermitente, y las que continuaron dando leche al bebé de forma exclusiva fueron las que presentaron la menor concentración.
Los resultados del estudio también muestran que concentraciones altas esporádicas del virus tienen un mayor potencial de ser infecciosas que una exposición continuada a concentraciones menores. Durante los meses que duró el estudio, los niños fueron regularmente analizados para controlar la posibilidad de contagio. Los autores aseguran que estas observaciones tienen importantes implicaciones en los programas de prevención del VIH en lugares donde la lactancia es necesaria para la salud del infante. «Aunque el cese abrupto de la lactancia ya no está recomendado oficialmente , nuestros datos muestran que un destete progresivo está asociado a un aumento de la carga viral en la leche materna» concluyen los autores.
Mundo real
Sin embargo el estudio plantea muchos interrogantes. En primer lugar, señala David Dalmau, Director de la Fundación para la Investigación, Docencia e Innovación MutuaTerrassa , se trata de un estudio que nunca podría ser puesto en práctica en una situación real . Se trata, dice, de «un entorno muy controlado de investigación, pero que no pertenece al mundo real de las personas infectadas por el VIH».
Por otra parte, añade Dalmau, aunque es cierto que hay mayor tasa de transmisión en aquellos que toman leche materna junto a otros alimentos, «la justificación para ello no se debe a menores concentraciones del VIH en la leche materna, sino por la inflamación de la mucosa que producen estos alimentos en un intestino inmaduro y, por ello, una mayor posibilidad de transmisión del virus circulante con la leche a nivel intestinal .
Otro «pero» a esta investigación radica en el hecho de que existen «partículas virales inactivadas en la leche materna que pueden no ser identificadas con la medida del ARN convencional a pesar de que las mujeres hayan recibido tratamiento antirretroviral». Por todo ello, este experto, que además coordina un Proyecto de la AECID - SEISIDA en Kenia, junto a la ONG VihDA, para la prevención de la transmisión del VIH a los niños mediante, cree que este es un debate mucho más complejo de lo que parece, con muchos intereses, y que no resulta tan sencillo poner en práctica lo que proponen estudios como éste en el mundo real.
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