Tomar el sol estimula el apetito a los hombres, pero no a las mujeres
Un estudio revela cómo la luz solar puede afectar el comportamiento alimentario y el equilibrio energético de todo el cuerpo, un proceso que se ha pasado por alto en gran medida
R. I.
Madrid
El sol engorda, al menos a los hombres. Aunque no es del todo correcta, esta información tiene algo de cierto. Según un estudio publicado en «Nature Metabolism» la exposición a la luz solar estimula la ingesta de alimentos y el aumento de peso en ... los hombres, pero no en las mujeres, a través de una hormona secretada por el tejido graso de la piel.
El estudio revela cómo la luz solar puede afectar el comportamiento alimentario y el equilibrio energético de todo el cuerpo, un proceso que se ha pasado por alto en gran medida.
En un comentario (News & Views ) asociado, Carlos Diéguez y Rubén Nogueiras, del Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CiMUS) de la Universidad de Santiago de Compostela, destacan que la relevancia de este trabajo es que «allanará el camino para la realización de más estudios sobre el papel de la piel en la energía y la homeostasis metabólica».
Recuerdan los investigadores que, según el Informe sobre Carga Global de Morbilidad, casi el 60% de toda la mortalidad se atribuye a factores ambientales, que tienen un impacto directo en los individuos de acuerdo con el concepto de 'exposoma', que no es otra cosa que «la totalidad de las exposiciones ambientales humanas (no genéticas) desde la concepción en adelante».
El exposoma, explican Diéguez y Nogueiras, incluye tres dominios: externo general (como la exposición al sol y la contaminación); externo específico (dieta, actividad física, etc.) y entorno interno (como el metabolismo y la microbiota) .
«La relevancia de considerar el exposoma se hace evidente a la luz de los datos que muestran la prevalencia creciente de enfermedades metabólicas, asociada con aumentos globales en índice de masa corporal», escriben en «Nature Metabolism».
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En este sentido recuerdan que se conoce el impacto de los factores ambientales naturales, como la exposición a la luz solar: este factor causa cáncer de piel, pero también está asociado con beneficios para la salud, incluida la protección contra la autoinmunidad, las enfermedades cardiovasculares, la obesidad y la diabetes .
Ahora, en el estudio que se publica en «Nature Metabolism», un equipo dirigido por el profesor Carmit Levy, del Departamento de Psicología y Centro de Investigación Cerebral Gonda de la Universidad Bar-Ilan, Ramat Gan, (Israel), describe un nuevo mecanismo por el cual la exposición solar induce un comportamiento de búsqueda de alimentos específico del sexo.
Los autores primero analizaron una encuesta nacional de nutrición que incluyó datos de aproximadamente 3.000 personas y encontraron una interacción significativa entre el sexo y la estación, revelando que los hombres, pero no las mujeres, aumentaron su la ingesta de alimentos durante el verano, época en la que la radiación solar está en su apogeo.
Esta información se confirmó en voluntarios que pasaron un tiempo bajo el sol: los hombres sintieron más hambre con la exposición solar, mientras que las mujeres no.
Los hombres, pero no las mujeres, aumentaron su la ingesta de alimentos durante el verano, época en la que la radiación solar está en su apogeo
La espectrometría de masas de las muestras de sangre indicó que los hombres mostraron más cambios en las proteínas asociadas con el metabolismo de los lípidos y aumentaron los niveles circulantes de grelina, una hormona que estimula la ingesta de alimentos y la adiposidad.
En su artículo, los investigadores israelíes explican que la necesidad de consumir alimentos está controlada principalmente por la comunicación entre los tejidos periféricos y el cerebro. Las hormonas que se liberan de varios órganos (por ejemplo, el intestino, el tejido adiposo y el hígado) llegan a regiones específicas del cerebro, como el hipotálamo, que luego dicta la necesidad de comer o dejar de comer, dependiendo de la cantidad actual de energía disponible en el cuerpo.
El hallazgo fue respaldado por estudios en ratones machos en los que la exposición diaria a los rayos ultravioleta (UVB) durante diez semanas estimuló la liberación de la hormona del hambre grelina del tejido graso de la piel. «Al llegar al hipotálamo, la grelina aumentó el apetito en estos ratones machos, promoviendo así la ingesta de alimentos y el aumento de peso».
Sin embargo, este efecto se vio mitigado en ratones hembra porque la hormona sexual estrógeno interfirió con la liberación de grelina de las células grasas dentro de la piel.
Este trabajo identifica la grasa de la piel como un posible mediador del comportamiento alimentario a través de la exposición a la luz solar
Los autores explican que los estrógenos bloquean la activación transcripcional de p53 de la grelina. Así, las hembras ovariectomizadas, que tienen niveles bajos de estrógeno circulante, exhibieron una mayor ingesta de alimentos cuando se expusieron a los rayos UVB.
Los autores concluyen que este trabajo identifica la grasa de la piel como un posible mediador del comportamiento alimentario a través de la exposición a la luz solar, agregando potencialmente un nuevo subtipo de tejido graso a la ecuación del balance energético.
En general, concluyen Diéguez y Nogueiras, «este emocionante estudio revela que la exposición a los rayos UVB mejora el comportamiento de búsqueda de alimentos en los hombres a través de un mecanismo que implica una activación transcripcional de la grelina dependiente de p53 en los adipocitos de la piel».
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