El entrenamiento físico tres veces por semana, y no la terapia con testosterona, mejora la salud arterial de los hombres

El proceso de envejecimiento natural de los hombres, que incluye la disminución de testosterona , unido al descenso en los niveles de actividad física con la edad, repercute negativamente en la salud y función de las arterias. La terapia de reemplazo de testosterona suele utilizarse para combatir los síntomas de la disminución de los niveles de esta hormona, que incluyen menos energía y una reducción de la masa muscular y el vigor. En ausencia de nuevas indicaciones clínicas, las ventas de testosterona se han multiplicado por 12 a nivel mundial en las últimas décadas.

« El aumento global en el uso de testosterona ha sido muy grande , particularmente entre los hombres de mediana edad y mayores que podrían verla como una hormona reconstituyente para aumentar la energía y la vitalidad. Sin embargo, los estudios previos son contradictorios en cuanto a si la testosterona de reemplazo es beneficiosa o no, o si proporciona un beneficio adicional por encima de los efectos de un programa de ejercicio», señala el autor del estudio, el doctor Daniel J. Green, investigador de fisiología del ejercicio cardiovascular en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Australia Occidental en Perth, Australia.

Green y sus colegas evaluaron a hombres de entre 50 y 70 años , sin antecedentes de enfermedad cardiovascular, con perímetro abdominal mayor de lo normal y niveles de testosterona que se encontraban en el rango de bajo a normal. Los investigadores excluyeron a los fumadores, hombres en tratamiento actual con testosterona o aquellos que toman medicamentos que alteraran las concentraciones de esta hormona. Al comienzo y al final del estudio, los investigadores midieron la función arterial utilizando un método que aumenta el flujo sanguíneo dentro de una arteria. Esto evalúa si el revestimiento interno está sano y puede ayudar a la arteria a incrementar el tamaño o dilatar.

El estudio de 12 semanas incluyó a 78 hombres asignados al azar en cuatro grupos: 21 hombres recibieron testosterona tópica y completaron un programa de ejercicio supervisado que incluía ejercicios aeróbicos y de fuerza dos o tres veces por semana ; 18 hombres recibieron testosterona sin hacer ejercicio; 20 hombres recibieron un placebo y ningún ejercicio; y 19 hombres recibieron un placebo con ejercicio. El entrenamiento con ejercicios fue supervisado en un gimnasio de investigación en el Hospital Fiona Stanley en Perth, y el programa fue supervisado por un fisiólogo del ejercicio acreditado.

Los investigadores encontraron que el tratamiento con testosterona aumentó los niveles de la hormona por encima del promedio en el 62% de los hombres en los grupos que recibieron el tratamiento. El entrenamiento físico también aumentó el nivel de testosterona, pero los niveles fueron más altos entre los hombres de los grupos que recibieron el suplemento.

En cuanto a la función arterial y la salud, éstas mejoraron en los grupos que recibieron entrenamiento físico, pero no se encontró beneficio en aquellos que recibieron testosterona sin ejercicio .

La función arterial en respuesta a las pruebas mejoró en un 28% en el grupo que recibió ejercicio sin testosterona y en un 19% en el grupo que recibió una combinación de testosterona y ejercicio.

«Los resultados de nuestro estudio sugieren que si usted es un hombre de mediana edad o mayor sano pero relativamente inactivo con mayor circunferencia abdominal y le preocupa su riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular o diabetes , entonces un programa de ejercicio con apoyo y supervisión puede ayudar a mejorar la función y la salud de sus arterias», asegura Green. «La terapia con testosterona puede tener algunos beneficios, por ejemplo, en el aumento de la masa muscular en las piernas, sin embargo, no encontramos ningún beneficio en términos de función arterial, que es un factor determinante del riesgo cardiovascular futuro», concluye.

Green reconoe que el tamaño pequeño del estudio es una limitación, pero que esta investigación sienta las bases para estudios más grandes que podrían llevar a recomendaciones de salud para los hombres.

No es el primer estudio que apunta a los beneficios del ejercicio para las arterias. Una investigación publicada en «The Journal of Physiology» en 2018 concluyó que practicar una actividad física al menos 4-5 días a la semana nos ayuda a mantener el corazón joven y a frenar el envejecimiento. En concreto, las conclusiones del estudio realizado en la Universidad UT Southwestern de Texas (EE.U.) señalaban que realizar 4 o 5 sesiones de ejercicio semanalmente se relaciona con niveles más «juveniles» de la arteria central.

Otro estudio, publicado en «The Lancet», aseguraba que una de cada 12 muertes podría prevenirse con solo 30 minutos de actividad física durante cinco días a la semana. Y sin necesidad de ir al gimnasio, ya que bastaría con la rutina, como ir caminando al trabajo, subir escaleras y prescindir del ascensor o hacer las tareas domésticas.

El más reciente, liderado por investigadores del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) y del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), concluía que realizar 150 minutos de actividad física de intensidad moderada, como caminar rápido o bailar, por ejemplo, o 75 minutos de actividad vigorosa a la semana como correr u otros deportes, como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), reduce el riesgo de mortalidad en un 16 % , el riesgo de mortalidad cardiovascular un 27% y de accidentes cardiovasculares en un 12 %.