Carlos López Otín: «Ya hay inmortales y están entre nosotros, pero son descerebrados»
Catedrático de Bioquímica de la Universidad de Oviedo, ha dedicado gran parte de su vida a descifrar el envejecimiento, donde se esconden las claves del cáncer y otras muchas enfermedades
Ofrece recetas para vivir más y mejor pero reniega de quienes ofrecen elixires de juventud basados en la ciencia
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Iniciar sesiónDesde el mismo instante de la concepción, cuando el espermatozoide penetra en el óvulo, comenzamos a envejecer. No hay vuelta atrás. Es el precio que pagamos como especie, aunque la ciencia quiera burlar ese destino. Lo sabe bien Carlos López-Otín , un bioquímico ... empeñado en estudiar la huella del paso del tiempo que mira con escepticismo las promesas de quien ya se atreve a poner fecha a la inmortalidad del ser humano en 2045. O incluso de los que anuncian que moriremos jóvenes a los 140 años con tratamientos capaces de alargar el tiempo de vida. Él es más pragmático. Piensa que el verdadero milagro es estar vivo y en buen estado con 80 años , la esperanza media de vida en Occidente. En « El sueño del tiempo » (Paidós), su segundo libro, vuelca todo lo aprendido en cuatro décadas de investigación, con recetas realistas para vivir más, pero sobre todo mejor. Lo ha escrito «como contrapunto a todos los libros y a los gurús que interpretan la ciencia para prometer cosas que no podrán cumplir».
-¿Por qué envejecemos?
-Es lo primero que debemos preguntarnos. Hay muchas posibilidades, pero podríamos reducirlo a tres: el envejecimiento pudo ser simplemente un olvido, una negligencia de la evolución; pudo diseñarnos como tal para eliminar todo aquello que ya había cumplido su función; o , en tercer lugar podría ser un accidente, algo que surgió y nos acompaña. De las tres posibilidades, tenemos que quedarnos con la tercera. Pasamos de una vida unicelular durante 2.000 millones de años a la pluricelularidad y, al adquirir complejidad, nos convertimos en la especie que ha logrado entender el planeta pero mantenemos células que generan tumores al menor descuido y células que no quieren morirse a tiempo o se mueren demasiado tarde. Podemos no creer en milagros pero hay ahora mismo 8.000 millones de milagros verificados en el contador del censo de la humanidad; cada vida lo es. Cuanto más estudias, más increíble parece que todo eso funcione. Lo raro no es el envejecimiento sino la supervivencia o la longevidad durante 80 años manteniendo el mismo sustrato biológico. Solo con medicina, higiene y políticas públicas de salud.
-En 2013 publicó las claves del envejecimiento, el artículo científico más citado sobre longevidad. ¿Qué hemos aprendido para prolongar nuestro tiempo?
-Entonces definimos, por primera vez, las nueve claves generales del envejecimiento en un artículo publicado en la revista «Cell» que se ha convertido en una referencia mundial en este campo. Tres de ellas tienen que ver con nuestra genética. Tratamos de saber si podemos ser ingenieros del tiempo, descifrando genomas y comparándolos con otros organismos que son capaces de vivir más que nosotros como el tiburón somnoliento o las ballenas boreales que sobreviven durante 200 años o la tortuga George de las Galápagos. Pero intervenir sobre el genoma es muy difícil, aunque se está empezando hacer con edición genética . Hay otras claves más sencillas sobre las que actuar como la nutrición . La obesidad adelgaza el sueño del tiempo, esto para mí es definitivo y no logramos doblegarlo. El estrés también es un tóxico de la longevidad o la pérdida de los ritmos circadianos . Antes solo sufría esta alteración a quien sufría jet lag, hoy no hay horarios fijos. A cualquier hora puedes comunicarte con quien quieras, ver una película, salir a comprar… Lo último que suele hacer una persona al acostarse es mirar el móvil para ver el último «meme».
-Comer menos, dormir mejor y vivir una vida tranquila. ¿No es decepcionante para alguien que lleva tantos años dedicado a la ciencia del envejecimiento que las recetas de siempre sean lo único que funciona?
-Hay más que eso, mucho más, lo que sucede es que esta pregunta conjuga cuestiones médicas, biológicas y emocionales. En mis muchos años de estudio sobre estos temas nunca he buscado ningún elixir de juventud sino respuestas para las muchas enfermedades asociadas al envejecimiento. En mi opinión, el envejecimiento no es una enfermedad sino un proceso natural que surge como consecuencia de nuestro legado evolutivo. La investigación de sus claves no pretende forzar los límites biológicos de nuestra especie, sino aprender sobre el gran milagro de la vida y todo lo que la hace posible. Por eso, estos estudios no me han procurado decepciones sino extraordinarias satisfacciones, mi mejor ejemplo es ver y escuchar a mi querido discípulo Sammy Basso , que padece un grave síndrome de envejecimiento precoz y que ha cumplido 25 años cuando su esperanza de vida no superaba los 13 años.
-En su libro sí cita algunas de las moléculas que tienen más posibilidades de aplicarse en futuros tratamientos antienvejecimiento. Entre ellos la aspirina, un antidiabético de uso común llamado metformina.
-Sí, pero no hay un tratamiento confirmado y validado en ensayos clínicos que extienda la vida y todos los que dicen que los hay mienten.
-¿Usted toma alguno de estos fármacos que tienen más posibilidades?
-No, yo no tomo ningún suplemento de estos, ni los recomiendo. Pero sí tomo otros. Por ejemplo, los que extienden, elongan mi tiempo emocional. He escrito este libro para que, desde la ciencia más profunda y avanzada, se descubran las claves de la vida y la longevidad. Muchos comentarios escritos ayudarán a vivir más y mejor a todo el mundo.
-¿Desconfía de la promesa de una píldora de la juventud y de quienes anuncian la inmortalidad humana?
-Soy realista. Solo espero que todos esos recursos y gastos se puedan destinar a desarrollar fármacos que realmente contribuyan a frenar las enfermedades del tiempo, como medicamentos antialzhéimer. Ya hay inmortales y están entre nosotros, pero son descerebrados: medusas, algunos corales... Algún gurú ya ha anunciado que en 2045 el hombre será inmortal. Me gustaría llegar a esa fecha para ver salir a los inmortales. Mi otro horizonte temporal es ver pasar el cometa Halley para después subirme a su cola y viajar ya hacia el infinito.
-La restricción calórica frena el deterioro físico de la edad, pero también es uno de los más difíciles de cumplir. ¿Podemos soñar con una pastilla que consiga los mismos beneficios sin la tortura de comer menos?
-Sabemos que comer poco alarga la vida pero no se cumple. En Japón viven más porque practican lo que ellos llaman Hara Hachi bu, que consiste en levantarse de la mesa cuando ya han ingerido el 80 por ciento de lo que comerían para sentirse llenos. En otros países ricos, la idea de reducir la ingesta de alimentos, sin caer en la malnutrición es difícil de implantar, de ahí el interés por buscar compuestos que actúen como miméticos de la restricción calórica. La metformina, que ya hemos citado, es una de ellos, también la espermidina la rapamicina. Pronto estarán disponibles los resultados del primer ensayo clínico en humanos dirigido a estudiar rigurosamente el valor prolongevidad de uno de estos compuestos, la metformina.
-Este es su segundo libro, del primero dijo que fue terapeútico, para superar un episodio de bullying científico en el que llegó a valorar el suicido. ¿Se siente «curado»?
-Escribir forma parte de mi terapia emocional. Los eclipses, incluyendo los del alma,. son cíclicos, recurrentes.... Algunas heridas especialmente las causadas por la perversión humana son muy difíciles de curar pero todo esto forma parte de la vida o como se dice en el libro de ese tiempo que hay que aprender a aceptar y hasta disfrutar.
-La tristeza, la depresión, ¿también envejecen físicamente?
-Nos proyectamos continuamente en el futuro. Una persona triste, deprimida no piensa en el futuro. No es solo un estado emocional, deja una huella física. El sistema inmune regula el envejecimiento y el de una persona deprimida está también deprimido. La depresión es una invitación al envejecimiento.
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