Una nutricionista señala cómo elegir el mejor atún de supermercado: «Encontrar la especie en el etiquetado de las latas puede ser misión imposible»
Su elección puede tener implicaciones directas sobre la salud debido al contenido de mercurio
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Una nutricionista señala cómo elegir el mejor atún de supermercado: «Encontrar la especie en el etiquetado de las latas puede ser misión imposible»
La alimentación es uno de los pilares más importantes para mantener una buena salud. Sin embargo, en un mundo donde los horarios apretados y el ritmo frenético de las ciudades dificultan planificar una dieta equilibrada, las neveras se llenan con productos fáciles de ... conservar. Entre ellos, el atún en lata ha ido ganando terreno hasta convertirse en un esencial en la mesa de miles de hogares. Su versatilidad, su sabor y su aporte proteico lo convierten en un recurso habitual en ensaladas, bocadillos o platos rápidos que buscan combinar sencillez y nutrición. Sin embargo, no todo lo que viene en una lata es igual y, de hecho, la elección del tipo de atún puede tener implicaciones directas sobre la salud debido al contenido de mercurio presente en algunas especies.
Conscientes de esta realidad, muchos consumidores se enfrentan al pasillo de conservas del supermercado con una duda que parece sencilla, pero que no lo es: ¿qué atún elegir? Para ayudarnos en esta tarea, la nutricionista Leticia Zoé, conocida por difundir contenidos sobre alimentación saludable en redes sociales, ha explicado recientemente un método para escoger el mejor producto sin necesidad de convertirse en un experto en biología marina o en etiquetado alimentario.
Aunque ella misma reconoce que «encontrar la especie de atún en el etiquetado de las latas puede ser misión imposible». La especialista subraya que el problema no está en la falta de regulación, sino en la forma en que los fabricantes presentan la información. Según detalla, «en algunas está en la lista de ingredientes, en otros en el frontal o lateral del cartón, en otras en la lata, en la web o directamente no está». Esta variabilidad, afirma, genera confusión e incluso desanima al comprador, que acaba tomando la decisión basándose únicamente en el precio o en la marca.
La clave está en el nombre
Para entender la importancia de la especie es necesario recordar que no todos los atunes son iguales. Algunas especies acumulan más mercurio que otras debido a su tamaño, edad y la posición que ocupan en la cadena alimentaria. El mercurio es un metal pesado presente en el medio ambiente que, en grandes cantidades y consumido de forma habitual, puede tener efectos negativos sobre la salud, especialmente en mujeres embarazadas y niños.
La creadora de contenido explica que existe una pista clara en el etiquetado que sirve para identificar qué tipo de atún contiene la lata, incluso cuando la especie no aparece mencionada de forma directa. «Pero hay algo que tienen en común todas las latas que no son de Katsuwonus pelamis: en el etiquetado se denominan 'atún claro'». Esta indicación comercial, habitual en muchos productos, no se refiere al color del pescado, sino a una especie concreta.
Según matiza la experta en alimentación, «el 'atún claro' hace referencia al yellowfin (Thunnus albacares). Es decir, al atún con mayor contenido de mercurio de los que encontramos enlatados». El yellowfin, o atún de aleta amarilla, vive más tiempo y se sitúa más arriba en la cadena trófica, lo que aumenta la concentración de este metal en su organismo. Por ello, aunque se trata de un pescado con buen sabor y presencia en la cocina internacional, no siempre es la opción más recomendable para un consumo frecuente.
En cambio, el Katsuwonus pelamis, conocido comúnmente como atún listado o 'bonito' del Pacífico, suele presentar niveles de mercurio más bajos debido a su menor tamaño y ciclo de vida. Es precisamente esta especie la que la especialista señala como preferible para un consumo habitual en casa. La dificultad radica en que su denominación no siempre se muestra con claridad en el envase y, para quien desconozca el nombre científico, identificarlo puede resultar un desafío.
Por ello, la creadora de contenido resume la recomendación de manera directa para facilitar la decisión a cualquier consumidor: «Conclusión: si no te quieres volver loc@ revisando latas, compra 'atún' y no 'atún claro'». Con esta fórmula sencilla, se evita el laberinto de información variable y se opta por una alternativa más segura en términos de exposición al mercurio.
La especialista en nutrición recalca que no se trata de demonizar ningún producto ni de prohibir su consumo, sino de fomentar una elección consciente basada en información fiable. El atún en lata sigue siendo un alimento práctico, nutritivo y accesible, pero conocer qué se está comprando puede marcar la diferencia entre una dieta equilibrada y una exposición innecesaria a sustancias no deseadas. Porque, al final, comer bien no solo consiste en elegir verduras o evitar azúcares añadidos, sino también en comprender qué se esconde detrás de las etiquetas. Y en el pasillo del supermercado, donde todo parece similar, saber mirar con atención puede ser la clave.
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