Una joven denuncia que su vecina le ha robado la entrada del Festival Mad Cool de Madrid: «No sé si vivo en una simulación»

Es, si estás en Madrid en julio, 'the place to be'. Por eso, si has adquirido tu abono o entrada de día y no has recibido la pulsera en tu casa como le ha ocurrido a la 'tiktoker' protagonista de esta historia, probablemente actuases de la misma manera que ella.

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Hablamos de @EdurmeEm, quien ha conseguido más de un millón de visualizaciones en el vídeo en el que explicaba cómo su pulsera aparecía como entregada según la empresa Correos Express pero que no estaba en su poder.

La joven narra al detalle cómo en la app de la mensajería se especificaba que estaba entregada, pero ni en su buzón se hallaba la pulsera que sirve de entrada al Mad Cool ni el portero del edificio sabía nada de ella.

Edurne se puso en contacto entonces, desesperada ante su ilusión de ver a los italianos Maneskin, cabeza de cartel del viernes, con la organización del festival. Ahí llegó el primer 'WTF': la pulsera había sido recogida por una vecina.

Una vecina con la que la 'tiktoker' no tiene ningún tipo de trato y a quien no pone cara. Había pasado una semana de la entrega por lo que Edurne comenzó a sospechar que quizá la intención de su vecina no era buena y pretendía ahorrarse los 97 euros de la entrada quedándose con una ajena.

Edurne decidió, agotando la vía de la bondad, dejarle una nota para evitarle el bochorno de dar la cara, después de haber llamado a la puerta sin respuesta alguna.

El segundo giro de guion y más desesperanzador aún llegó cuando acudió de nuevo al portero del edificio para ver si este conocía a su vecina. Sorpresa mayúscula cuando el trabajador le dijo que era un chico belga que hacía una semana que se había mudado de vuelta a su país.

¿Y mi entrada?, se preguntaba Edurne. En Correos Express sostenían que había sido entregada. Afortunadamente, la solución llegó desde el propio festival, a cuyo servicio de atención al cliente la 'tiktoker' pone un 10.

La organización desactivó la pulsera enviada y procedió e nviarle otra, tal y como ella ha contado en un segundo vídeo. Eso sí, esta vez ha pedido que se la manden a su lugar de trabajo.