No supo hablar hasta los 11 años y no leyó ni escribió hasta los 18: ahora es catedrático en Cambridge
La historia de superación de Jason Arday, que creció diagnosticado con un tipo de autismo y retraso en el desarrollo, ha dado la vuelta al mundo
Los divulgadores autistas Beatriz de Caralt e Ignacio Pantoja«Asociaba el autismo a Sheldon Cooper. ¡Menuda sorpresa cuando me enteré que era autista!»
Hay personas que, con su esfuerzo y dedicación para alcanzar metas sin importar las piedras en el camino, nos enseñan que todo es posible en esta vida.
Es, sin lugar a dudas, el caso de Jason Arday, un hombre británico de 37 años que, desde el próximo 6 de marzo, será oficialmente catedrático de sociología de la prestigiosa Universidad de Cambridge.
Hasta ahí, todo normal. Sin embargo, cuando se conocen detalles de la vida de Arday, su biografía se convierte en un auténtico ejemplo de oro de que no hay nada imposible.
De pequeño, el ahora profesor fue diagnosticado con un trastorno del desarrollo que le hizo ir por detrás que la mayoría de niños de su edad: hasta los 11 años no pudo hablar.
Su madre y su tutor, sus eternos ángeles
Su evolución académica, por tanto, tampoco fue acorde a la que le correspondía. No fue hasta los 18 cuando Jason, de la mano de su tutor y salvador, Sandro Sandri, comenzó a leer y escribir.
Su madre siempre trató de estimularlo, a través de diferentes artes, como la música, y le inculcó un profundo gusto por la cultura popular, hábitos que definen en la actualidad la personalidad de Arday.
Una vez cumplida la mayoría de edad se embarcó en la aventura de estudiar Educación Física y Ciencias de la Educación, lo que agudizó las inquietudes que había tenido desde niño: «¿Por qué hay gente pobre? ¿Por qué hay gente con menos recursos?», se preguntaba.
Este interés por la desigualdad social le llevó a querer ser profesor para luchar por las minorías, aunque, confiesa, también quiso ser músico o juagador profesional de billar. Pero cambiar el mundo era, sin duda, su mayor motivación.
En 2015, cuando se acercaba a la treintena, Arday decidió dar un paso más en su desarrollo académido y su actividad profesional. Había logrado ya ser mentor de niños a los que inculcaba su sensibilidad por las desigualdades sociales, pero ahora quería llevar su filosofía a un siguiente nivel.
Por eso, comenzó a escribir artículos académicos, aunque sin ningún tipo de orientación, lo que supuso cierta frustración al princripio.
«No tenía un mentor y nadie me enseñó nunca a escribir. Todo lo que presentaba era brutalmente rechazado», cuenta, en declaraciones a la BBC.
Pero no se rindió y siguió adelante en la que es una de sus grandes lecciones para dejar constancia de que todo es posible. El próximo 6 de marzo será oficialmente catedrático de sociología en una institución de tanta relevancia como Cambridge. Jason Arday creció queriendo cambiar el mundo pese a su discapacidad y, a sus 37 años, no hay ninguna duda de que lo ha conseguido.
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