No es nada ni nuevo ni desconocido: muchos jóvenes españoles optan por trasladarse a otros países aunque solo temporalmente para encontrar mejores oportunidades laborales y amasar algo de fortuna. Dentro de Europa, los destinos más recurrentes quedan enclavados en las zonas céntrica y norteña, y ... ahí aparece Suiza, la siempre comedida y cosmopolita Suiza, la Suiza de las raclettesy los Alpes y los lagos, la Suiza del todo es carísimo.
En su capital reside la joven creadora de contenido española Heidi Jinx, en cuyo perfil de TikTok uno puede encontrar curiosidades varias de su estilo de vida y su trabajo. Una de las últimas se refiere al cuantioso número de facturas que recibe y que no le permiten ahorrar.
¿Paraíso fiscal?
«Yo creo que vivir en Suiza se resume en pensar: bueno, pues me está yendo bien y puedo empezar a ahorrar un poco... Y que de repente te llegue una factura de 1.000 francos», comenta la joven entre aspavientos y filtros de voz claramente cómicos, si no irónicos.
Siguiendo esta línea, Heidi asegura que abrir el buzón en Suiza «es un deporte de riesgo», que «personas con cualquier tipo de cardiopatía, por favor abstenerse de hacerlo» y que «cuando por fin eres capaz de pagar todas estas facturas... ¡Te llegan más!».
La caja de comentarios está repleta de usuarios o bien ratificando la experiencia o bien solicitando información para sus viajes al país, especialmente laboriosos por eso de la no-Unión Europea. Del primer grupo, varios coinciden en sus fallos: «Existe una fórmula secreta: ¡no abras el buzón!». Tampoco faltan, claro, las preguntas que en realidad todos nos hacemos, llegados a este punto: «¿Pero qué son esas facturas? ¿Multas? ¿O qué?».
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