Un pescador navegaba plácidamente por un río con una pequeña lancha con pedales.
A medida que avanzaba, y admiraba el paisaje y el tranquilo discurrir del agua, llevaba sumergida su caña de pescar a la espera de tener alguna agradable sorpresa .
La sorpresa ... la tuvo, pero no resultó tan agradable como él creía. Lance Burgos buscaba un bagre en un lago de Luisana, Estados Unidos cuando de repente, empezó a sentir que se ejercía una gran presión hacia abajo.
Burgos no se encontró lo que esperaba. «¡Oh Dios mío! Esto es un inmenso caimán!» , exclamó asustado cuando vio cómo unos gigantes y afilados dientes se acercaban a su mano. Pero tuvo tiempo de reaccionar, dejó tirada la caña y se alejó lo más rápido que pudo del animal.
Después del amargo trago y ante la mirada atónica de otro compañero que también aprovechó para alejarse , Burgos empezó lentamente a calmarse después del gran susto que sufrió al haber pescado lo que no esperaba.
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