El Real Madrid cierra sus bandas

La temporada, larga y pródiga en partidos, ha dado para que jugasen los cuatro, si bien poco a poco la balanza se ha ido inclinando más por los jugones que por los futbolistas de músculo. En el lado derecho es en el que más pugna ha habido por el puesto. Arbeloa es un jugador muy apreciado por los entrenadores, sobre todo de equipos grandes. La razón es sencilla: en conjuntos muy dados a la ofensiva, el equilibrio tiende a desmoronarse por la parte de atrás. Arbeloa es de los pocos defensas capaces de leer tácticamente los partidos para saber que la subida del otro lateral implica rápidamente conservar el sitio en el otro extremo y, no solo eso, sino saber desplazarse al centro y balancear la línea cuando el central del otro lado va a tapar el hueco creado. El problema de Arbeloa es sabido: cuando sube con el balón en los pies no pasa nada en ataque. Ni desequilibra ni crea inquietud o peligro por su banda. Su jugada favorita es agarrar el balón, pisarlo y pasarlo en horizontal o para atrás, algo que no inquieta a nadie.

Este año el Madrid recurrió a la cláusula que tenía en el contrato de Carvajal con el Bayer Leverkusen. Recuperar a aquel chico rubio que puso la primera piedra de Valdebebas costaba seis millones de euros. El Madrid los pagó con gusto después de que el chico fuese nombrado mejor lateral derecho de la Bundesliga. Tras unos meses de acoplamiento, Carvajal se ha levantado unos enteros por encima de Arbeloa. Es uno de esos laterales pequeños, rápidos, dinámicos, pegajosos y con el descaro y técnica suficiente para ir arriba y sorprender a la zaga rival en numerosas ocasiones. Para Bale ha sido una bendición contar con el canterano porque le ha liberado de muchas funciones. Carvajal no defiende tan bien como Arbeloa, pero sí lo suficiente como para pensar que su buena versión ofensiva y su correcta versión defensiva da un poco más que el espartano.

En el otro lado no ha habido tanta pugna. Se podría decir que ha sido una lucha de Marcelo consigo mismo. Cuando el brasileño no ha estado en forma Coentrao ha tenido alguna opción. Sin embargo, al poco tiempo todo se ha inclinado del lado de Marcelo. Bastaron dos cosas para eso: que el club le diera un toque para que mejorase algo más su estado físico, y la languidez en la que ha caído Coentrao desde que en el verano pasado no le encontraron equipo para irse del Madrid.

Marcelo en forma no es solo titular en el Madrid sino uno de los mejores laterales de Europa y del mundo. No hay más que ver sus números ante el Levante: intervino en 57 jugadas de ataque, puso nueve centros al área, provocó tres córners, dio 58 pases buenos, marcó un gol y participó en el tercero. En condiciones así, la delantera del Madrid cuenta con un elemento más. Como quiera que está mejor físicamente, baja a tiempo de guardar su zona, un territorio que su anarquía táctica suele dejar desvalido.

No es que se trate de una pareja mítica, pero sí se le ve posibilidades de afianzarse y colocarse como una pareja de laterales de tronío en un equipo que siempre ha contado con buenos defensores. La lesión de Arbeloa va a dar una continuidad a Carvajal que no tuvo en los primeros compases de Liga. A Marcelo no le hace falta. Esa batalla la tiene ganada.