Mourinho advierte que los rivales van a centrarse en las acciones de estrategia

El portugués trabaja esas vigilancias y las persecuciones a los rivales en sus movimientos por el área. Analiza a los contrarios con videos. Y observa los bloqueos que los jugadores adversarios ejecutan para permitir los remates de sus compañeros. Por ejemplo, Piqué es famoso por taponar a los adversarios para permitir el cabezazo de Puyol. Lo hizo frente al Madrid.

Todo está ensayado con el portugués al mando del equipo blanco. No deja un resquicio a cualquier jugada extraña. Todo el mundo sabe cómo debe defender y a quien debe anular. Por eso, a Mourinho le molesta mucho el desdén de la retaguardia blanca. Ha encajado quince goles por alto o a balón parado. Y ha explicado a su plantilla que ese punto débil puede costarles la temporada.

El técnico luso ha concretado a sus pupilos que el Galatasaray, como el Atlético, saben que ese es el talón de Aquiles madridista e intentarán explotar esa veta para vencer al Madrid en la Champions y en la final de Copa. Y subrayó que sus hombres deben reaccionar para hacerse seguros en ese capítulo.

Gregorio Manzano, preparador del Mallorca, demostró que ese es el objetivo de los adversarios cuando se miden al Madrid, . Descubrió la realidad cuando manifestó que intentaron superar a los blancos con las acciones de estrategia, porque por fútbol se impondría la ley del mejor. Planteó el partido con la premisa de buscar los goles a balón parado. Lo hizo muy bien. Es lo que repetirán la mayoría de los enemigos del Madrid, avisa Mourinho.

Van quince goles sufridos por alto o a balón parado. El Mallorca marcó dos tantos en sendos cabezazos. Son los últimos. El primero lo marcó Messi, en la Supercopa, con una falta directa en el Bernabéu. El segundo lo protagonizó Jonas (Valencia), en un cabezazo que supuso el 1-1 en la visita liguera a Chamartín. El tercero lo firmó el Getafe, en otro testarazo. El cuarto lo rubricó Trochowski (Sevilla), en un disparo a la salida de un córner. El Madrid perdió en el Sánchez Pizjuán por ese gol.

Messi de nuevo, de falta otra vez, marcó también en el clásico liguero del Camp Nou (2-2). Era el quinto. El sexto y el séptimo los consiguió Manucho, de cabeza, para el Valladolid. Luego, el Madrid remontó con un 2-3 en el Nuevo Zorrilla. El octavo fue obra de Albín (Español), al rematar una falta. Junto a los dos anotados por los mallorquinistas en esta última jornada, son diez los goles soportados en la Liga a balón parado o en remates por alto.

En la Champions ha recibido otros tres: Moisander, de cabeza (Ajax); Kolarov, al remachar una falta lateral (Manchester City); y Welbeck (Manchester United), en un cabezazo. Suman trece.

En la Copa sufrió otros dos: el gol de Lara (Alcoyano), en un disparo que batió a Adán, y el tiro de Tino Costa (Valencia), a balón parado, que superó también a Adán (1-1). Antonio había sustituido a Casillas, lesionado en un dedo. Sucedió el 23 de enero.

Algunos añaden un decimosexto tanto recibido en acciones de estrategia: el autogol de Cristiano en Granada. Parece demasiado.