Políticos y cineastas europeos piden la libertad de Polanski

Políticos y cineastas europeos piden la libertad de Polanski

La «cólera» y «consternación» de los artistas y directores de cine europeos (franceses, italianos y polacos, básicamente) que denuncian el «escándalo» de la detención de Roman Polanski, en la localidad suiza de Zúrich, contrastan, hasta hoy, con el tono impasible de la Justicia de Suiza ... y los EE.UU., donde los delitos sexuales contra menores son imprescriptibles.

Andrei Wajda, Costa Gavras, Ettore Scola y Marco Bellocchio encabezan una larga lista de personalidades del cine europeo -entre las que se encuentran actrices famosas, como Monica Bellucci-, que protestan, denuncian y gritan su cólera contra la detención de Polanski, cuyos más altos apoyos políticos, hasta ahora, son los ministros franceses de Cultura, Frédéric Mitterrand, y Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, que considera «siniestro» el caso.

Hasta hoy, la Justicia suiza parece insensible a tal coro de lamentaciones. Los abogados de Polanski podrán presentar un recurso contra la demanda de extradición solicitada por la Justicia de California. Y el Tribunal penal federal suizo deberá pronunciarse antes que la extradición sea consumada. Sin embargo, el director de cine deberá permanecer encarcelado durante todo el proceso.

La joven de 13 años con la que Polanski tuvo «relaciones ilícitas» es hoy una señora de 43 años, madre de dos hijos. Pidió «clemencia» para Polanski pero se sospecha que los abogados del cineasta le ofrecieron una «generosa recompensa económica». Los jueces instructores del caso, en Los Ángeles, no han renunciado nunca. Y son ellos quienes han cursado una orden de detención. La defensa francesa de Pokanski avanza la posible «prescripción» de los «presuntos delitos». Pero los delitos sexuales contra menores son imprescriptibles en Suiza y EE.UU.

Los procedimientos jurídicos suizos y californianos ofrecen a Polanski un cierto margen de maniobra. En Suiza, su recurso puede seguir su curso. En California pudiera negociarse una situación de «libertad condicional», una vez consumada la extradición.

Los defensores franceses de Polanski intentan acelerar diversas formas de «movilización internacional» de artistas e intelectuales, cuyos apoyos llegan del resto del mundo con aparente lentitud.

En apariencia, la Justicia y el Gobierno suizo son sensibles a la dimensión espectacular del caso, pero se siguen aferrando al estricto respeto de unos procedimientos jurídicos muy alejados del espectáculo audiovisual.

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