Jim Morrison vuelve de entre los vivos

Se estrena «When You’re Strange: A Film About the Doors», con imágenes inéditas del mito

Unos contienen la respiración sobrecogidos. Otros resoplan muy fastidiados. Lo único seguro es que el estreno este viernes en Manhattan de « When You’re Strange: A Film About the Doors» , dirigido por Tom DiCillo y narrado por Johnny Depp, no ha dejado indiferente a nadie.

Es una hora y media de documental que empieza y acaba con imágenes de «HWY», la road movie de 1969 en la que Morrison se propuso emular tanto a Kerouac como al Pequeño Saltamontes. En la cinta se le ve al volante por el desierto, oyendo por la radio la noticia de su propia muerte.

No es el único que habrá tenido esa sensación de desdoblamiento. El público de «When You’re Strange» asiste atónito a una especie de Domingo de Resurrección –aunque la película se estrene en viernes- en la que la reconstrucción de los hechos llega a confundirse con su recreación. Tal es el efecto del uso de material inédito, mayormente de Morrison ensayando, en el escenario o directamente posando. Confesando que se sentía inseguro como cantante, quién lo iba a decir. Arrasando en el famoso concierto de Miami del que salió arrestado.

Todo lo cual le permite volver más de entre los vivos que de entre los muertos. Este cadáver parece fresquísimo. Se diría que fue ayer cuando le encontraron muerto en París con sólo 27 años, seis años menos que Jesucristo cuando le crucificaron. Claro que Jesucristo no se drogaba, a diferencia de Morrison, de Jimi Hendrix, de Brian Jones, de Janis Joplin, etc . Todos ellos muertos casi a la misma edad y a principios de los 70. Cuando a nadie se le había ocurrido preguntar si la droga nuestra de cada día era sostenible.

Muerte en flor

La muerte en flor de tanto maldito garantiza la leyenda a fondo perdido. La tumba de Morrison en el

cementerio Père Lachaise de París

Patti Smith

«Just Kids»

Por cierto, cuenta que una señora que limpiaba las lápidas se indignó al ver tanto graffiti y le espetó en francés a la joven flaquísima y greñuda: «¡Tú, americana! ¿Por qué no honráis mejor a vuestros poetas?». A lo que la futura autora de «Horses», la mujer que había de rasgar el mismo cielo cantando «Gloria», respondió en humilde voz baja: «Je ne sais pas, madame».

Resumiendo, que este documental sobre The Doors no sólo vuelve a sacar a la superficie retazos musicales y vitales de una banda mítica sino que regurgita todos los fantasmas del pre-punk americano. De aquella época que devoraba a dentelladas su propia inocencia y que en muchos casos se resolvió en carreras abruptamente truncadas y biografías como un suspiro. Hondo, eso sí.

Fiel al culto y la emoción

Hay quien se mantiene fiel al culto y a toda la emoción inherente, saboreando lo que los Doors fueron y sin quejarse de lo que no pudieron ser. Sin llorar por la evolución perdida. Y hay quien protesta enérgicamente, como hacía ayer

Stephen Holden

«The New York Times»

A lo mejor el punto tanto de fricción como de encuentro entre ambas facciones vuelve a pasar por Patti Smith. Esta fue una rara avis de los 70, que no se drogó nunca y que creía y cree en Dios a la manera tradicional; que tampoco volvió a hacer en la vida nada comparable a «Horses»; pero cuya obra maestra es que ha vivido para contarlo. ¿Viejas rockeras supervivientes versus jóvenes rockeros inmortales?

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