tiro al aire
Urge inventario
El Estado de Derecho no se roba tan fácilmente. Lo estamos viendo en el ambiente: hay mucha indignación con la cesiones a los de Puigdemont
Puigdemont en su camerino (9/1/24)
Sobre algunos reyes (5/1/24)
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónAhora que la sensación de robo es generalizada, no habría que desaprovechar la ocasión. Para una vez que «los españolitos enormes, bajitos, pensamos por una vez, algo a la vez» que cantaría Mecano... Escúchenme, ha llegado el momento de hacer inventario. Antes las tiendas ... cerraban un día para ello. O dos. Pero entonces también se podían negociar los precios y no hacían falta 'apps' de fidelidad para descuentos fuera de plazo. Ahora en cualquier sitio los productos llevan chip, el precio es siempre el que está marcado y el 'big data' mantiene actualizado al segundo el inventario del género y del comprador. Los sistemas antirrobo son cada vez más sofisticados, no se puede dejar a deber, hay periodos de reclamación y garantías y una infinidad de leyes amparan a ambas partes para que la compraventa sea una operación legal y limpia en la que nadie engañe a nadie. No sigo porque voy a terminar pidiendo que se instaure un sistema de consumo capitalista en el Congreso.
Ya hemos visto que allí rige el contrario: el de mercadillo. El puesto se instala donde toque ese día: Waterloo, Bruselas o en el Senado. Allá que va el PSOE, monta su chiringuito, exhibe la mercancía nacional y comienza el baile de comparación de género, trapicheo de precios y lluvia de ofertas. Al final del día resulta que terminan vendiendo, o regalando, hasta lo que no podían, como les ha pasado con la política de Inmigración a Cataluña. Por eso, urge inventariar España.
Hay que saber qué tenemos y cuánto cuesta. Fundamental para sobrevivir en esta legislatura de saldos. Con tanta amnistía por aquí amnistía por allá no está muy claro si los ciudadanos españoles seguimos siendo los titulares de nuestra Justicia. Es importante, porque lo que se vende una vez no puede venderse dos. Pasa con la seguridad jurídica de las empresas. Con la política lingüística. Con las balanzas fiscales. Con el control de las fronteras. Con los cercanías. Cuestiones que están o podrían estar ya fuera de nuestro inventario. Es decir, habrían ido a parar al de otros.
¿Qué nos queda? No seré pesimista. Todavía mucho, bueno y caro. El Estado de Derecho no se roba tan fácilmente. Lo estamos viendo en el ambiente: hay mucha indignación con la cesiones a los de Puigdemont. Y eso significa que nos quedan las ganas de convivir. Hay que ponerlas en flúor en el inventario. Que también son marca España, que nos queda para rato. También nos queda la financiación autonómica. El Imserso. Nos queda la Seguridad Social. Nos queda el AVE. Nos queda el Patrimonio. Nos queda, y lo saben, un país al que medio mundo se vendría a vivir.
Es una especie de castigo irónico –e histórico– que los españoles no seamos conscientes de lo bueno que tenemos hasta que lo perdemos. Al contrario, o precisamente por eso, los que vienen a llevarse lo nuestro siempre lo tienen clarísimo.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete