LA MADEJA
Los fichajes del alcalde
El éxito de un gobierno municipal se asienta sobre el segundo escalafón. José Luis Sanz está buscando a los mejores, pero no en todos los casos lo está consiguiendo tan fácil
En el segundo escalafón está la madre del cordero de un buen gobierno. El triunfo de un alcalde se larva en los directores generales y los gerentes. Porque si una ciudad no funciona en sus áreas de gestión, la ideología no la salva. El municipalismo ... no tiene nada que ver con la actividad pública nacional o regional. La política de cercanía no entiende tanto de postulados como de soluciones a los problemas directos de los vecinos. Por eso estas semanas son fundamentales para el resto del mandato de José Luis Sanz. Si no acierta en la designación de sus segundos, sufrirá. Y si atina, tendrá cuatro años plácidos. Se trata simplemente de que los ciudadanos no hablen más de la suciedad, del mal estado de sus calles, de la falta de árboles, de lo que tarda en llegar el autobús, de que no tienen sitio para aparcar, de los atascos o de que en su barrio hay abandono. Para conseguir esto es imprescindible tener un buen equipo de gestores, personas silenciosas cuyos nombres no se aprende nadie pero que están detrás de unos servicios públicos bien atendidos. Lo que José Luis Sanz necesita es un buen plantel de tramoyistas.
El problema de la política actual es que los buenos profesionales no quieren acercarse a ella por varias razones. La primera es que los puestos de alta dirección en los ayuntamientos están mal pagados. La segunda es que la crispación política les expone a presiones que nadie está dispuesto a soportar. Y la tercera es que estos profesionales se juegan su prestigio ante las críticas políticas de una oposición en la que no hay nunca nadie que tenga conocimientos como para someter su trabajo a examen. Por lo tanto, la tarea más difícil del alcalde es tener capacidad de persuasión para atraer a los mejores. Sanz empezó este proceso antes de las elecciones, pero los nombramientos están siendo por goteo porque algunos de los que han recibido su oferta están titubeando aún. No obstante, ya ha hecho fichajes de mucha trascendencia, como el de Manuel Torreglosa, un ejecutivo con muchos años de experiencia que hizo un trabajo encomiable al frente de Tussam con Juan Ignacio Zoido. Ahora se hará cargo también de Lipasam, el nudo gordiano de todos los problemas municipales. También tiene buena reputación el gerente de Urbanismo, Fernando Vázquez, que ya trabajó con el alcalde en Tomares. Y en otros casos la elección ha sido demasiado previsible. Pero aún quedan muchas vacantes por cubrir y los días pasan, lo que demuestra que el alcalde llegó a las urnas sin su plantilla rematada. O lo que es lo mismo, no todos confiaban en su victoria.
Sanz tiene ahora ofrecimientos de todos los colores sobre la mesa, pero todos los que están llamando a su puerta de manera insistente son «profesionales» de la política, gente que no ha podido aspirar en su vida a nada mejor. Y el plan es otro. El alcalde quiere a profesionales indiscutibles y está fichando con una consigna: a los seis meses del nombramiento hará un escrutinio y si no está dando el resultado esperado, será sustituido. Esto obliga a los elegidos a estar muy seguros de sí mismos, pero tampoco Sanz tiene la sartén por el mango del todo porque el triunfo del PP en Andalucía, y no digamos ya si también gana las generales y puede gobernar, tiene una cara be: no hay suficientes buenos profesionales afines para cubrir todos los puestos que el partido necesita para las instituciones. De hecho, se han producido en estas semanas algunas disputas internas por tentar a personas de confianza de otros altos cargos.
En definitiva, Sanz está atrapado entre la necesidad de fichar a los mejores para cumplir sus objetivos y la falta de nombres que le permitan cubrir la plantilla municipal a discreción. Está destituyendo a los altos cargos que puso el PSOE sin la menor vacilación, incluso a los que su día mantuvo Zoido, como es el caso del director de protocolo, Francisco Yuste, pero la alternativa va lenta. Y quedan decenas de puestos por cubrir, desde Emasesa a la Bienal de Flamenco, desde Mercasevilla al Instituto de la Cultura. Su plan es que en septiembre el Ayuntamiento pueda despegar con todos sus cargos ya rodados. Tictac, tictac.
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