Odiáis demasiado

Lo de los verificadores, uno para Esquerra y otro para Junts, es otra broma del presidente. Hemos ido a buscarlos a una fundación que ayuda a los Estados a entenderse con los terroristas y por si no fuera suficiente escarnio nos han mandado a dos señores del tercer mundo que lo que harán es de paseadores de unos enfermitos con invalidez total que sólo necesitan tomar sus medicinas, que les toque el sol por la mañana y sentirse queridos, porque si su objetivo real hubiera sido la independencia no se habrían fugado o entregado. Sabéis que ésta es la verdad y que con vuestro alarmismo alimentáis el retórico heroísmo de Puigdemont pero no os importa porque no lo odiáis tanto como a Sánchez. Los independentistas están siendo desactivados y ridiculizados en su propia salsa y vosotros estáis tan perdidos que os empezáis a comportar en Europa como se comportaban ellos antes de que los volviéramos a incorporar a la maquinaria del Estado.

Los independentistas están en sus horas más bajas porque Rajoy les cuadró con el 155, Marchena les clavó las banderillas con el juicio y Sánchez les dejó para el arrastre con los indultos. En lugar de darles la puntilla el presidente les ha amnistiado para mantenerse en el cargo y ha sido un error. Pero un error que no implica ni un retorno a 2017 ni el fin de España. Estáis demasiado enfadados con Sánchez porque os ha derrotado, porque tiene una resistencia y un tesón que querríais para vuestro candidato y porque lo de saltarse lo establecido para el propio interés gusta mucho y se ejerce sin rubor cuando es en favor de uno pero irrita profundamente cuando lo hacen los demás.

Odiar es malo para la política y para la vida. Tan malo que no podéis contestar esta pregunta de una manera clara. ¿A quién odiáis más, a Puigdemont o a Sánchez? La extrema derecha no existe en España pero sí los dos extremos de los afectados y los aldeanos que se necesitan para justificarse sobre todo cuando amaina el drama y ven peligrar su negocio. Ambos insultaron a Rajoy, unos por el 155 y los otros por considerarlo demasiado blando; al juez Marchena, unos por la condena y los otros porque fuera por sedición y no por rebelión. Y ahora a Sánchez por cualquier cosa. Os tendría que dar alguna pista que el independentismo sea residual, que la derecha continúe rabiando en la banda y esa cínica y forzada, pero inevitable carcajada presidencial.