VIVIMOS COMO SUIZOS
Pecas
Dolores del Río decía que el secreto de su piel consistía en dormir dieciséis horas cada día
Tolerancia
Gordos
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Iniciar sesiónTiene Carmen de Burgos un libro de 1917 que se titula '¿Quiere ser bella y tener salud?' No vas a decir que no. Lo que pasa es que a veces los consejos de otras mujeres no te vienen bien. La bellísima Dolores del Río ... decía que el secreto de su piel eran dieciséis horas de sueño al día. Oiga usted, es que yo tengo algunas cosas que hacer para poder comprarme carabineros que chorreen. Me acordé de lo que me contaba Carmen Jara de Paquita Rico. Que no había manera de llamarla por teléfono por las mañanas porque se levantaba ya a la hora de comer. «Hija, Paca, levántate antes». Y la otra: «He pasado toda la vida levantándome a las seis para hacer películas y ahora me levanto a la hora que me sale del coño». Mira, eso no lo habría dicho Dolores del Río, que se negó a decir «puta» en 'La cucaracha'. En la misma película, María Félix se negó a decir «mierda». Y es cierto que no decía palabrotas, aunque tuviera ese carácter y esa lengua.
Volviendo a Carmen de Burgos, para las pecas, para que desaparecieran, recomendaba hiel de vaca. No sé, a mí, como a Pipi, siempre me han gustado las pecas. Y que mi madre me llamara pecosa. Lo malo de hacerse mayor es que las pecas se difuminan y ya no tienen la gracia que tenían. Aunque ya sabrán que hace unos años se puso de moda, y sigue, pintarse pecas en la cara. Muchas. Movimiento 'freckle', que no es más que peca en inglés. Y de pronto te salía una conocida tiktoker alemana que no utilizaba brochas ni pinceles, sólo necesitaba sombra marrón y horquillas. Ponía el producto en la punta de la horquilla e iba presionándose el rostro. Ahora te puedes encontrar a Eugenia Osborne en Instagram haciendo el «reto del brócoli». Coge un arbolito de brócoli, lo moja en la paleta de sombras, se lo pone en la cara y, zas, una cara pecosa «supernatural». Dadme vuestras opiniones, dice. El primer comentario: «¡Qué vergüenza hacer esto con brócoli [y el dibujito de un brócoli] tal y como están las/os agricultoras/es!». Por supuesto, a favor de Eugenia Osborne y en contra del «las/os» y «agricultoras/es». Es que antes digo «cuatro letras» (lo que se escucha a Dolores del Río en 'La cucaracha'; María Félix aceptó «Vaya y trague de lo que no se vende» en lugar de «Vaya y trague mierda»).
Además de lo del brócoli como artefacto de belleza, también me he enterado este fin de semana de los cinco tipos de orejas coliflor. Vamos, que me he enterado de la existencia de orejas coliflor. Lo he leído en 'Crónica' a propósito de Ilia Topuria. Es una deformidad que se da en deportistas que se dan mandobles, en deportistas que seguramente no tienen problema en decir puta y mierda. Las orejas hay que tratarlas con drenajes, si no es una afección irreversible. Una oreja coliflor.
Me he hecho lo del brócoli. Parezco Bette Davis en '¿Qué fue de Baby Jane?' con muchas pecas en lugar de una.
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