Misionero

Pero llega Ábalos. Entre las grandes declaraciones de políticos de su partido están la de Zapatero («Nos conviene que haya tensión», a Iñaki Gabilondo después de una entrevista y con los micrófonos abiertos). O la de Pedro Sánchez a Íñigo Alfonso: «¿De quién depende la Fiscalía?». Aquí en la propia entrevista y dando a entender que la Fiscalía es una sección del Gobierno. Un apéndice. O una verruga. La última cagada/declaración ha sido la de Urtasun, ministro de Sumar, aceptando «bueno, la inestabilidad» como un estado normal de las cosas, después de que Junts les diera una de las «hostias» que tiene preparadas para el Gobierno. Y eso, además de largar sobre deliberaciones consejo de ministros, lo suelta al lado de un micrófono. No uno oculto. Uno que se ve claramente que es un micrófono. Claro, que también suele estar al lado de Yolanda Díaz e Íñigo Errejón y ve claramente que son Yolanda Díaz e Íñigo Errejón. Es difícil confundirlos con Golda Meir y Adenauer.

A España y su inestabilidad estable le pasa como a Alba Carrillo aquella vez que dijo: «Me encuentro estable dentro de la gravedad que supone ser Alba Carrillo». Porque también puede ser verdad que las cosas no estén tan mal. A ver, ahora que a Hiba Abouk la fotografían con Álvaro Muñoz Escassi, habrá quien piense que cómo se mete en semejante lío. ¡Escassi! A ver, que Hiba Abouk estaba casada con un hombre procesado por la presunta violación de una chica de 24 años en su propia casa. Escassi es un caballero español. Vale que con gustos sexuales variados, pero es algo de dominio público. Ábalos velando por la pureza de la democracia es como Escassi velando por la pureza de la postura del misionero.