vivimos como suizos
Me casé con una bruja
Es normal que haya quien viva y coma de un Estado de derecho y gilipolleces
Hombres despreciables
El otoño de la señora Stone
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónHay gente que se casa, gente que se hace autofotos al pasar un tren y gente que se pone junto a un caballo debajo de un cartel en el que dice que no te acerques al caballo. Y te muerde en un brazo, como merecías. ... En cuanto a gente que se casa, ahí está Isabel García, a la que ya se han quitado de encima.
García y Sánchez son casados que tienen que dar explicaciones por la conducta de sus mujeres. Me pongo en su indeseable lugar. Claro que tienen que dar explicaciones. Son políticos y su existencia es la razón de las acciones que se discuten a las esposas. Que no se hubieran casado. Mejor las mujeres que hacen chicle o Coca-Cola a sus maridos. Demonios, se están riendo de las feministas y de los tíos que se ríen de las feministas. No hace falta un taller de risoterapia y autoestima en cuatro sesiones, como el que el Ayuntamiento de Cullera adjudicó a la empresa de la mujer de Isabel García. Te tienes que reír. No por los 2.400. Porque se pague por ese taller. Normal que haya quien viva y coma de un Estado de derecho y gilipolleces.
En 'Me casé con una bruja', Veronica Lake tiene un plan de venganza con Fredric March. Jennifer (Lake) y su padre habían sido quemados en la hoguera en Salem tras ser denunciados por Jonathan Wooley y maldecían a todos sus descendientes varones condenándolos a casarse siempre con la mujer equivocada. El Wooley interpretado por March se postula en 1942 a gobernador y se va a casar, como es tradición en su familia, con una malvada malcriada. La película de René Clair va de brujas y política. La brujería de Jennifer, las nubes de humo blanco de lavado de cerebro, convencen a los votantes. No sé, al menos te engaña Veronica Lake. El juez Peinado dice que la declaración de Sánchez es «conveniente, útil y pertinente». Aunque es terminología procedimental, me ha recordado a 'Ben-Hur'. A Sheik Ilderim, el dueño del carro y los caballos con los que Judah compite en la carrera: «Un solo Dios se entiende, ¿pero una sola mujer? Eso no es sabio. Ni generoso». Solo les faltaba a Pedro Sánchez e Isabel García tener más de una mujer.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete