ARMA Y PADRINO
Poca Gaza para tanto caso
Tengo un amigo que dice que uno se tapa hasta donde da la sábana
La realidad es orteguiana
No te mientas
A mí antes, vivo Kirk Douglas, me gustaba fantasear con las Nochebuenas en S'Estaca porque me parecía que debían ser, de lejos, las más entretenidas del planeta. Con un Kirk Douglas centenario, un Michael Douglas recuperándose de su adicción al sexo, Catherine Zeta-Jones ... bipolar en tratamiento y el hijo, Cameron Douglas, con adicciones a distintas sustancias y recién salido de la cárcel por tráfico de drogas, aquello debía ser un espectáculo con vistas al Mediterráneo desde la Tramuntana. Ahora prefiero fantasear con una Nochebuena en Moncloa: la mujer del presidente apenas alfabetizada pero con cátedra, el hermano director de orquesta y okupa, la cuñada japonesa aficionada al vehículo medicalizado de presidencia, el presidente casi autoelevado a los altares de la geopolítica internacional. Los imagino a todos apostando, bien a Begoña o bien a David, los aguinaldos: ¿Absolución o condena? ¿Quién acabará acumulando más cargos? ¿Quién habrá comparecido más veces ante el juez de aquí al verano? ¿Quién aparecerá más veces en las lonas de los de Hazte Oír?
Imaginen las conversaciones mientras esperan a que salgan las gambas y los canapés: que si son más rentables las saunas o los plásticos, si para conseguir cátedra es más útil carrera y currículum o marido presidente, que cuántos saben dónde está su oficina y en qué consiste exactamente su trabajo, que si ya ves tú como se pone España por un favorcillo que haga una secretaria de vez en cuando, que si lo que te ahorras en parking dejando la cámper en la puerta dos años. Los brindis por Álvaro García Ortiz (que Dios le guarde la salud y el puesto al menos hasta que salgan todos absueltos) y contra Juan Carlos Peinado (¿es que nadie ha sido capaz de encontrarle nada, ni una declaración de la renta con errores?). A los turrones ya nadie se acuerda de los de la banda del Peugeot («los titos» los llamarían las nenas en algún momento, cuando eran los mejores amigos de papá y se recorrían España de gira) y, cuando Santos Cerdán gaste la llamada que le corresponde para felicitar desde Soto del Real a su amigo del alma, alguien con guantes blancos, al otro lado del aparato, simulará ser el encargado de un restaurante chino en Algete que dice no entender. Son instrucciones de arriba, que nada perturbe la paz.
Mientras tanto, de las puertas de Moncloa hacia afuera, nada que no pueda tapar una encuesta del CIS (Tezanos style) o Gaza. Que citan a Begoña de nuevo, pues me tumban la última etapa de una competición ciclista internacional por la paz mundial. Que tiene que declarar, mandamos un buque a proteger a la flotilla biodramina que, con la calma, se dirige a la Franja haciendo escala en cada cala donde haya una fiesta o una rave. Tengo un amigo que dice que uno se tapa hasta donde da la sábana. Si la sábana no da para tanto, o se queda fuera la cabeza o se quedan fuera los pies. A mí, con tanto caso (Begoña, hermano, fiscal general, Koldo, Santos Cerdán, Aldama, Leire Díez…), me da que a Sánchez le va a faltar Gaza. Poca me parece.