Suscribete a
ABC Premium

PERDIGONES DE PLATA

La tarascada

Me pasma la gente que desde una seguridad aplastante dice lo de «yo no me arrepiento de nada»

Los esforzados (21/4/23)

Ahorrar (17/4/23)

Ramón Palomar

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Arrepentirse es un acto que desatasca nuestra anestesiada conciencia que a veces cabalga sobre las contradicciones y la soberbia. Cuando se nos cruza el cable sólo el sincero arrepentimiento, y pedir perdón con el alma quebrada, puede excusar nuestro desaguisado. Es lo que me pregunto ... ahora, si el tipo podemita que organizó la barahúnda en el aeropuerto frente a los policías se arrepiente de su tarascada, de su prepotencia, de los insultos que arrojó y de emplear una variante del rancio clásico de «usted no sabe con quien está hablando». Los viejos tics, latigazos de pura arrogancia, siempre resucitan en esta España nuestra acaso porque nunca se marcharon. Al final, la nueva política que iba a lavar nuestros pecados amenaza con un «trabajo en el equipo de Irene Montero, mañana no tendréis uniforme» que resulta tenebroso, pero que también causa enorme tristeza porque nos sumerge en el lúgubre túnel del tiempo.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia