Perdigones de plata
El loro Kiko
Mimas a tu mascota durante un cuarto de siglo, esta se despista en vuelo libre, y luego te la expropian
Pura lealtad
Agonía interminable
Teniendo en cuenta las siniestras ocurrencias de Yolanda Díaz respecto a la vivienda, uno esperaba verla cualquier mañana exclamar briosa lo de «¡exprópiese!». El comunismo es propenso a lo de expropiar siempre y cuando la propiedad sea la del otro. El comunismo siempre anda ... en contra de la empresa privada, incluso de la golosa industria de las falsificaciones, salvo que el bolso lo porte alguien de tu parentela bermellona. El comunismo pretende igualarnos a todos hacia el subsuelo de la miseria mientras ellos disfrutan de la dacha de Galapagar, por ejemplo, y del colegio privado para los pequeñuelos o de la universidad privadísima para la adolescente.
De momento, sus avances suponen una empanada mental atropellada que sólo parchea a base de paparruchas. Disimulan agazapados aguardando su oportunidad. Eso sí, disfrutan de los placeres capitalistas sin freno. Al fin y al cabo, al enemigo hay que conocerlo desde dentro. Aferrados al poder con el frenesí del zombi que nunca zampa suficiente carne humana porque su instinto representa la voracidad infinita, por lo menos lograron, gracias a nuestras normativas abracadabrantes, expropiar el loro Kiko de doña Dori. Mimas a tu mascota durante un cuarto de siglo, esta se despista en vuelo libre, y luego te la expropian. En nuestra España enganchada al chismorreo de cotorras, ese simpático loro expropiado resume la chaladura de una Administración sometida a las reglas del estúpido 'wokismo'. El loro Kiko es el alado símbolo del fracaso de un Gobierno instalado en un país gallináceo. Cuando la pandemia nos convirtieron en cobayas o en borregos, según el mes. Pero el loro es un pájaro espabilado que habla y hasta cavila porque gracias a su alpiste no se traga la papilla de la propaganda. Dori ha recuperado su querido loro pero teme que se lo expropien otra vez. Estoy con el loro de Dori y también con el loro de Flaubert. Si amnistiaron graciosamente a los del golpe independentista, exigimos idéntica suerte para el loro Kiko. Ese perico certifica nuestra libertad.