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PERDIGONES DE PLATA

El dogma

Me pasma que tres ministros abracen una mentira aun sabiendo que chupan de la ciénaga trolera

La caída

Dimitir en Japón

Ramón Palomar

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En el lóbrego sótano de la catedral de Tánger, una monja delgada de rostro afilado que lucía bello bozo sobre el labio superior y unas gafas robustas con montura de carey, nos enseñó la diferencia entre el bien y el mal. En realidad ya ... intuíamos el abismo que separa la luz de la oscuridad, pero no nos vino mal la lección de aquella monja para reforzar nuestros incipientes esquemas de renacuajos que chapotean despistados en la charca de la vida. Y, lo más importante, hay que elegir, y elegir de manera correcta. A veces no queda más remedio que escoger entre el susto o la muerte, entre Guatemala o Guatepeor, entre con cebolla o sin cebolla, entre con gas o sin gas o entre la playa o la montaña. Sólo cabe esperar que no nos falle el pulso y que encaminemos nuestros pasos hacia la decencia y la honradez. Y no debería de ser tan difícil.

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