TIEMPO RECOBRADO
Yolanda suma, Iglesias resta
Lo único que parece claro es que Podemos está muerto de cara a las próximas elecciones generales
46 rue Vaugirard (31/3/2023)
Narciso en el ágora (27/3/2023)
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Iniciar sesiónLos ciclos políticos en España cada vez son más cortos. Podemos y Ciudadanos, dos partidos que nacieron apenas hace diez años, están hoy muertos. Ambos han defraudado las expectativas de regeneración de las instituciones que suscitaron. Por eso, han entrado en una fase terminal ... que parece el preludio inevitable de su desaparición.
Se le pueden formular muchas críticas al proyecto que presentó anteayer Yolanda Díaz. Entre ellas, que nace sin una base ideológica definida y que es una suma de fuerzas heterogéneas en torno a su liderazgo. Pero la iniciativa parte con un capital valioso que sería un error desdeñar: la ilusión. Algo que no tiene Podemos, que ha dilapidado las esperanzas que generó tras emerger de aquel movimiento popular de indignación que sacudió la aletargada política nacional.
Aunque vago e inconcreto, el discurso de Yolanda Díaz sonó a gramsciano en su voluntad de crear una confluencia de los partidos a la izquierda del PSOE con voluntad de gobernar. Al igual que ha hecho ahora Díaz con Iglesias, Gramsci se alejó del socialismo italiano y fundó el Partido Comunista italiano con su idea de la hegemonía de la clase obrera.
El dirigente e intelectual sardo daba mucha importancia a la idea de construir una alianza heterogénea de fuerzas de la izquierda para crear una conciencia de cambio que acabara con el régimen de Mussolini, que, a su juicio, obedecía a los intereses de la oligarquía económica. Era una concepción que iba más allá de un leninismo obsesionado por la conquista del poder político mediante una acción revolucionaria.
Algo de ello hay en el proyecto de Yolanda Díaz, que de momento ha logrado «sumar» y no restar, a diferencia de un Iglesias que ha ido forzando la salida de muchos de sus colaboradores en una deriva que recuerda la radicalización de Robespierre. Ya se sabe que el líder jacobino acabó en la guillotina y la Revolución dio paso al bonapartismo.
Yolanda Díaz tiene cualidades que ha demostrado como ministra de Trabajo. Y posee una empatía de la que carece Irene Montero. Es la única persona que genera en estos momentos el suficiente consenso para construir una fuerza a la izquierda del PSOE.
Ello supone un contratiempo en los planes a largo plazo de Iglesias, que alberga el propósito de retomar el liderazgo de ese espacio político si Sánchez pierde el poder y la plataforma de Díaz cosecha unos malos resultados. Por ello, es difícil que haya colaboración entre Podemos y Sumar.
La política es cada vez más volátil e imprevisible. Y por ello cualquier predicción corre un alto riesgo de ser equivocada. Lo único que parece claro es que Podemos está muerto de cara a las próximas elecciones generales. Las urnas van a pasar factura a sus errores y sus incoherencias. El futuro está más abierto que nunca.
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