TIRO AL AIRE
Tus excusas son de ChatGPT
Me queda claro que hasta el presidente del Gobierno puede estar usando la IA
Diccionario de acepciones sanchistas
La barriga ética del PSOE
Una amiga descubrió no hace mucho que su ex le contesta los mensajes de asuntos espinosos –de 'wasaps' a 'mails'– con ChatGPT. Lo pilló por un par de retahílas de justificaciones y excusas. No eran mejores ni peores. Pero eran muchas y no tenían nada ... que ver con la forma de ser del chico. Discutiendo y negociando no somos tan imprevisibles: nuestra personalidad sigue ahí. Ella se indignó mucho cuando ató cabos pero, con el paso del tiempo, el asunto ha terminado por hacerle gracia. Pero, sobre todo, ha empezado a ignorar según qué respuestas. Si él no se esfuerza en argumentar, ¿para qué va a hacerlo ella?
Hay quien consulta los temas difíciles con sus amigos, con la almohada o con un abogado. Sumamos la IA al abanico de comodines ante un aprieto. Desde que estoy al tanto de esta opción, no puedo dejar de preguntarme cuánta gente tira de IA cuando se ve en una encrucijada. Voy por la vida imaginando casos de asesoramiento artificial. Seguro que la chica que me precede en la cola del súper ha consultado con Chat GPT cómo justificar ante su jefe el error del último informe. Veo a un ejecutivo en el semáforo con la mirada pegada al móvil y me imagino que le está demandando a Gemini cómo explicarle al cliente que hay un retraso en su caso. ¿Habrán preparado mis vecinas la próxima junta de propietarios con Copilot? Alguna, seguro. ¿Cuánta gente de la que me rodea le describe sus problemas personales, legales, económicos, hasta mentales, a una IA? ¿Debería empezar a hacerlo yo? Igual sí. Están para eso: «Hola, soy DeepSeek, ¿en qué puedo ayudarte hoy?». No acota temática.
Para pasar de la teoría a la práctica, hago un par de comprobaciones. No puedo averiguar nada sobre gente privada, pero ¿estarán tirando las personas públicas de IA? Caso va: le he preguntado a ChatGPT qué excusa podría poner para justificar que mi partido político mueve sobres con dinero en efectivo. Me ofrece unas cuantas. Se muestran agrupadas según el tono que prefiera dar a mi respuesta: formal y prudente, pragmática y técnica o coloquial y sencilla. Así, me argumenta que usar metálico es legal, que a veces es necesario por cuestiones logísticas, que insista en que todo está anotado... «¿Quieres que la excusa suene más institucional, creíble ante periodistas o para uso interno del partido? Así puedo afinar el tono», dialoga la IA conmigo. Como no tengo partido ni necesidad de justificar nada, cierro el chat. Me queda claro que hasta el presidente del Gobierno puede estar usando la IA. El listado de ChatGPT es justo lo que ha esgrimido él en la radio sobre el dinero en metálico que se maneja en su partido.
A lo mejor, Pedro Sánchez no lo ha consultado en una IA y el argumentario lo ha construido un asesor –qué sí lo ha hecho–. A saber. Tampoco es que se trate de justificaciones muy rebuscadas. Sólo que no pegan con el estilo del PSOE.