TIRO AL AIRE
La barriga ética del PSOE
El hombre que llegó para demostrar que el suyo iba a ser un Gobierno ligero, feminista y transparente se ve ahora asfixiado
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Iniciar sesiónEl PSOE ha dejado de ser –o parecer– un partido 'fit' en lo ético. A Ferraz le ha salido barriga ética. Se le notan, y no hay faja reductora que las tape, las lorzas de las chistorras, el pasteleo y la barra libre. No ... ha sido cosa de un día especial, un atracón que no volverá a repetirse o un mini descanso en la dieta. No, esta panza moral no se arregla con una semana de ensalada y un punto más de esfuerzo en el 'gym'. Aquí se requiere nutricionista, endocrino y algún otro especialista.
Pero, ¿qué hago yo aquí preocupándome por la salud del PSOE? Hombre, si no gobernara… Por eso confío en que alguien se lo esté diciendo a Pedro Sánchez. Estas son las típicas cosas que los colegas cuchichean entre ellos pero jamás comentan a la cara del afectado. Por decoro. Porque no hay amistad verdadera. Y menos si es el jefe. Tu madre te lo nota nada más entrar a casa y ella sí que te lo espeta sin remilgos. Debe fastidiar tanta sinceridad pero sabes que lo hace por tu bien.
Nos venden como ético y respetuoso no hacer comentarios sobre los cuerpos ajenos, pero con los partidos es otra cosa. Hay que advertir cuanto antes. El colesterol político obstruye las arterias comunes. Luego vienen los sustos y los lloros.
Las analíticas ya lo van adelantado. Los especialistas ya advierten de disfunciones: sobres en negro por aquí, enchufes a empleadas fantasma por allí… En Ferraz ya notan que no basta con esconder tripa y disimular figura con ropa oscura y holgada. Tampoco es consuelo restarle importancia con que son unos michelines de nada o que un poco barriguita es normal y hasta saludable.
No, no hay grasa moral acumulada buena. Siempre pasa factura. Al parecer, se pega a órganos vitales. La salud se tiene o no se tiene, no se simula. Lo saben bien los falsos delgados: esa gente con apariencia de flacura pero depósito de grasa acumulado. No estoy diciendo para nada que Pedro Sánchez lo sea. Debe ser más del 'team' de los que se quedan en el chasis con el estrés. Con los disgustos que le dan los amigos y la familia, es comprensible. A él le toca asumir los resultados. El hombre que llegó para demostrar que el suyo iba a ser un Gobierno ligero, sano, equilibrado y saludable y feminista y transparente y limpio… se ve ahora asfixiado por parámetros fuera de rango e informes alarmantes. Lo ha intentado con algunos fármacos: tirar de Vox le funciona como el Ozempic. Reducción urgente de barriga sin esfuerzo. Pero no se sabe si el invento traerá problemas a futuro. Sus efectos a largo plazo tampoco están garantizados.
Lo que sí parece estarlo es que alrededor de Sánchez hay quien ha comido sin orden ni control y se ha saltado las normas de lo saludable. El diagnóstico final lo firmarán los tribunales pero, de momento, no hay duda de que en el sanchismo hay demasiados estómagos agradecidos.
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