TIRO AL AIRE
Una ministra valiente
Si usted o yo no podemos dormir es porque tenemos otro problema, pero es más fácil –¿y barato?– engullir una pastilla que atacar su raíz
Naturgy o el fin de la Alianza de Civilizaciones
La Fiscalía es el nuevo Ministerio de Información
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónMónica García ha abierto, en menos de seis meses como ministra, dos cajas de Pandora de la Sanidad española. Primero, el debate sobre las guardias médicas, un problemón económico y organizativo de nuestro sistema. Ya veremos en qué queda. Pero reconocer el problema suele ... ser la mitad de su solución. O, como bien saben en medicina, un buen diagnóstico siempre es el mejor camino para curar o paliar.
De igual forma, la de Sanidad se ha mojado con un tema que, a tenor de algunos comentarios médicos, también resulta espinoso. Va a elaborar un plan para que se receten menos psicofármacos. Las estadísticas pedían a gritos una voz gubernamental como la suya: un 20 por ciento de la población española toma ansiolíticos. Somos tan 'top' que en 2022 España fue el país del mundo donde más diazepam se consumió. Lo confirmó un informe sobre estupefacientes de la Agencia Española del Medicamento. Porque se venden en farmacias, pero son drogas, estupefacientes. Y aún así, Mónica García no ha dicho abajo los psicofármacos, ni que se corten los tratamientos de los pacientes que los necesitan, ni de aquellos a quienes les mejoran la vida. Ha dicho que hay que recetarlos menos. Sabe que con eso, más que a los facultativos, a quien se va a echar encima es a las farmacéuticas. No infravaloremos su valentía.
En las farmacias españolas se venden unas pastillas con forma de gominola. Si usted o yo no podemos dormir es porque tenemos otro problema, pero es más fácil –¿y barato?– engullir una pastilla que atacar su raíz. La chuche dormilona es como un chicle contra el mal aliento: lo tapa pero no lo erradica. Para eso se necesita un diagnóstico, lo que requiere más reflexión, más tiempo, más paciencia. A lo mejor hasta más dinero y más profesionales.
Una sola de esas gominolas para dormir serviría para explicar nuestra época. Queremos siempre la solución más rápida y con el mínimo esfuerzo para todo. La industria farmacéutica está dispuesta a dárnosla. Bueno, a vendérnosla. Y nosotros a comprarla. Y hasta a exigirla. Pregunten a su médico de cabecera cuántos pacientes llegan diciendo: «Doctor, vengo a que me recete pastillas para dormir». O para la depresión, o para la ansiedad. La cifra debe de ser similar a la de quienes dejan caer, como si nada, que a los médicos les pagamos nosotros. No es verdad, nosotros pagamos al político –aunque no siempre lo elijamos– para que gestione el sistema sanitario. El médico pasa un largo proceso de formación y selección para estar donde está. Proceso diseñado por la parte que gobierna. Por tanto, las quejas sobre el conjunto, al político.
Mónica García podría tomarse una gominola y echarse a dormir junto a la España empastillada. Ha preferido no hacerlo. Es la profesionalidad que deberíamos esperar de todo médico. Y de todo político.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete