el retranqueo

Para odiadores, vosotros

Te señalan, te marcan con su divisa, y entonces ya todos somos sospechosos

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Siempre habrá quien crea que nada existió antes de que nos ilustraran con su soberbia. Que nada fue creado antes de su propia existencia porque todo nació con ellos y lo demás es ceguera indolente. La democracia apareció con ellos, el liberalismo, el capitalismo, el ... feminismo. La vida son ellos, su egolatría y su superioridad moral, su imperio ético de las cosas, su caligrafía mental de la vida, porque la realidad no es la realidad, sino la fabulación que fabrican en sus propias mentes para ser propagada como verdad absoluta en el lado correcto de la historia, en la orilla buena de la ejemplaridad. Desprecian lo que opinan los demás y están en posesión infinita de una razón químicamente pura. Levitan con solo mirarse al espejo con sus poses impostadas de culturistas morales. Se te presentan abiertos, con esa falsa sinceridad con la que fabrican relatos a su medida, dan lecciones casi sobrenaturales de pensamiento único, nos iluminan con palabrería, no ya barata, sino gratuita, y creen que por el mero hecho de adueñarse de los conceptos, les pertenecen en propiedad. Tan falsarios…

Nada hay menos humano que la imposición, la enajenación de las propias ideas, el hurto de la ética personal como esencia inherente de cada cual. Es la manipulación ideada como perversión hacia la sumisión. Te señalan, te marcan con su divisa, y entonces ya todos somos sospechosos, sublimados en un cóctel hormonal que ha de convertirte en inferior porque todo se mezcla en un proceso de revancha histórica, de guerra de sexos y de dinastías preponderantes. Y así, hasta concluir que la propia naturaleza no es tal, sino algo irracional que estos descubridores del nuevo orden se exigen volcar como una misión universal. La suya. Y entonces todos somos una hormona machista andante, maltratadores sexuales preventivos, aun con consentimiento. Tal es la patada a la lógica de estas secretarias de Estado del gustirrinín y estas divas del 'satisfyer' en su pugna contra el fascio cabreado de ceño fruncido. Es la deriva sangrante de estas amparadoras de violadores, se pongan como se pongan.

Desconfía de tanto modernista inquisitorial que te obliga a ver su luz porque siempre estás equivocado, pobre imbécil. Porque lo que piensas pertenece al espectro de una educación viciada de origen, intransigente, reprimida y sucia. Renuncia a tu presunción de inocencia, renuncia a que las mujeres libres a las que quieres se sientan libres, y cambia todo por esa idea de un feminismo cultural, dinámico, abierto, tan de celofán morado. Y si crees que en realidad hay una pugna cruenta entre conceptos diferentes de feminismo para dirimir quién es más progre compitiendo, olvídate. No es cierto. Es el secuestro mismo de la mujer lo que se dirime bajo la apariencia de la libertad y de esa rutina bobalicona de los 'avances en derechos'. No avanzas nada. Te someten, tanto si eres hombre como si eres mujer, y te rindes para sentir y digerir lo que estos iluminados quieren que sientas y digieras. Avances, los de los agresores sexuales libres de barrotes. Aunque estos clarividentes de la nada engorden su ego pensando que sí, que la vida nació con ellos, deben saber que antes también había vida. Y putrefacción. Y que olía igual que ahora. O quizá menos. Debéis saberlo, los odiadores sois vosotros.

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