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el retranqueo

La moción de la nada

Lo de Tamames ya ha sido y nadie se ha enterado. Lo que queda es solo un cuplé, una coca-cola en el desierto

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Manuel Marín

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Lo más surrealista de la moción de censura impulsada por Vox no es que Ramón Tamames ya haya avanzado que hará caso omiso al ideario de ese partido, o que crea que España es una nación de naciones, o que en su trayectoria se ... haya mostrado comprensivo con el nacionalismo o con esas cosillas, bah, sutiles, del independentismo. Lo más antinatural no es que Tamames tenga casi noventa años, que su historial político dejó de brillar hace lustros, o la anomalía de que ni siquiera sea diputado, o que un antiguo y ferviente comunista simule encarnar ahora principios de Vox gracias al zigzag intelectual del tiempo y la caótica deriva de la egolatría. Ni siquiera lo más extraño es que haya dirigentes de Vox mascullando por las esquinas que el experimento es fallido desde el mismo día en que fue concebido o que será inservible para desgastar al PP, auténtica razón de ser de esta estrategia confusa y cegata de Vox. Lo más surrealista es que la moción de censura ya ha sido, y nadie se ha enterado. Así de inútil es. O ha sido. O será.

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