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pincho de tortilla y caña

El lento del grupo

El magín de los hiperactivos no está deforestado y permite largas excursiones mentales de rama en rama

El malo de la película

La opción menos mala

Luis Herrero

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Yo soy un lector lento. Y un escritor lento. Y un caminante lento. No es que me guste la lentitud, es que no doy para más. Me he acostumbrado al ritmo que mejor se ajusta a mis capacidades. Cuando era joven, un amigo con ... ganas de ayudar me sugirió que no caminara tan despacio porque de esa forma desaprovechaba el tiempo y disminuía notablemente mi eficiencia. Intenté seguir su consejo y durante los días siguientes aceleré el paso. El experimento fue un fracaso sin paliativos. Me di cuenta de que era incapaz de pensar mientras transitaba de un lado a otro a marchas forzadas. Tampoco podía observar con la calma debida los detalles de lo que sucedía a mi alrededor durante el trayecto. Comenzaron a invadirme ataques de ansiedad, perdía el buen humor y me daban ganas de arrollar a los peatones que se interponían en mi camino. No tardé mucho en comprender que se puede ir muy deprisa a ninguna parte. De hecho conozco a muchas personas con ese síndrome del culo inquieto.

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