Sala de máquinas
Escrivá, de ministro a asesor
En el sanchismo ya sólo queda el Ejecutivo y todo lo demás debe orbitar en torno a ese astro poderoso y abusivo
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Si Zapatero fuera Edmundo
La prensa ha dejado pasar de largo dos salvajes enunciados gubernamentales, dos monstruosidades constitucionales, dos declaraciones de principios de talante totalitario. La primera es aquella de Sánchez ante sus barones presumiendo de que piensa seguir adelante con o sin el concurso del poder legislativo. Vamos, ... con el titi o sin el titi. Luego está lo del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, que en la presentación de Escrivá como gobernador absoluto del Banco de España anunció que esa institución está para asesorar al Gobierno. O sea, que el organismo regulador debe subordinar su papel crítico de supervisor y vigilante para convertirse en consejero gubernamental. En el sanchismo ya sólo queda el Ejecutivo y todo lo demás debe orbitar en torno a ese astro poderoso y abusivo. ¿Qué son hoy, al fin y al cabo, la Fiscalía General de García Ortiz o el Tribunal Constitucional de Pumpido sino instituciones convertidas en asesoras de los intereses presidenciales? Nada más natural que ahora le llegue el turno al Banco de España.