Teatrillo para zombis

Esta situación la previó Pío XI en su encíclica 'Quadragesimo Anno' (¡pero están los zombis como para leer encíclicas!), donde vislumbró la formación de un «imperialismo internacional del dinero» sin residencia fija, que «allá donde halla provecho, allí fija su patria». Así se logra la «soberanía del Dinero», que es el régimen vigente en las colonias del pudridero europeo, donde todas las instituciones de la llamada ('risum teneatis') «soberanía popular» están a su servicio, mientras se engaña a los zombis con un manguerazo de derechos de bragueta, como se engaña a los cochinos hasta el día de la matanza dejándolos hozar en la pocilga. Y, mientras los zombis pastoreados por el doctor Sánchez y sus mariachis de la izquierda caniche se refocilan en la pocilga, el Dinero se dedica a hacer sus enjuagues y birlibirloques, amparado por los tratados europeos suscritos por el Partido de Estado del Régimen del 78. Partido que, desde su refundación en Suresnes, no tiene otra misión sino servir al Dinero, alimentándolo con la sangre del pueblo español, a la sazón convertido en horda de zombis que a la satisfacción de sus vicios llama «ejercitar la libertad». Pero, como nos enseña Leonardo Castellani, «esa obsesión de la libertad propia de un loco vino a servir maravillosamente a las fuerzas económicas y al poder del Dinero y de la Usura, que también andaban con la obsesión de que los dejasen en paz», para poder hacer más descansadamente sus enjuagues y birlibirloques.

Y, mientras los hacen, el doctor Sánchez y sus mariachis mantienen entretenidos a los zombis con su teatrillo, para que parezca que se dedican a combatir como leones –desde los chiringuitos financiados por Soros, desde los 'podcasts' patrocinados por Roures– la «soberanía del Dinero».