POSTALES

Más que unas elecciones

La culpa es de todos, que no hemos sabido elegir, y mucho apunta a que seguimos sin saberlo

23J: ¿Fin o más sanchismo? (04/07/2023)

El problema es él (1/7/2023)

Van a ser las del próximo 23J las elecciones más importantes desde las celebradas el 15 de junio de 1977, que trajeron un cambio de régimen, al mostrar en las urnas que los españoles deseaban inequívoca y mayoritariamente una monarquía parlamentaria. Más importante incluso ... que las de 1982, cuando el Partido Socialista barrió con una mayoría absoluta de 182 escaños, lo que venía a reconfirmar el interés de los votantes por pasar página y dejar atrás el pasado reciente, aunque Felipe González había demostrado que no venía a vengarse ni a ajustar cuentas, sino a gobernar democráticamente.

Éstas de 2023, convocadas en plena canícula y tras el fiasco del PSOE en los comicios regionales y municipales del pasado mayo, se celebran en una atmósfera muy distinta. Si aquéllas buscaban el entendimiento entre los españoles, éstas esgrimen sus diferencias ideológicas, incluso dentro de los propios partidos. Se ha diluido el espíritu de consenso, lema de la Transición, para dar paso al de revancha. ¿A qué se debe? Muchos lo atribuyen a lo que históricamente se conoce como 'vicio nacional': la envidia. Después de comprobar que envidia hay en todas partes, e incluso que existe una 'envidia positiva' –en Estados Unidos, por ejemplo, al fomentar el espíritu de emulación–, me inclino por algo todavía más grave: el resentimiento, ese fuego íntimo que nos carcome por no ser apreciados en todo lo que valemos. He conocido a pocos españoles, incluidos altos ejecutivos y ministros, que se sientan plenamente satisfechos con lo alcanzado en sus respectivas carreras, por exitosas que sean. El escenario político español es hoy un drama entre sanchismo y feijoísmo, en el que vale todo. Pero no vale todo. Especialmente, en política, que debe ser el «arte de lo posible» (Bismarck), no de lo imposible, como pretenden la extrema izquierda con sus utopías y los secesionismos. Bajo un Gobierno cuyo principal objetivo es mantenerse en el poder cueste lo que cueste, el drama está servido.

Les aseguro que no es fácil escribir sobre ello y echar la culpa a los 'demonios familiares', la herencia árabe, el poder de la Iglesia o de las grandes fortunas. La culpa es de todos, que no hemos sabido elegir, y mucho apunta a que seguimos sin saberlo. La campaña electoral que comenzó el pasado viernes se ha convertido en una subasta entre quién regala más sin explicar cómo. EH Bildu, ERC, los atentados de ETA sin aclarar, los indultos a los líderes nacionalistas del 'procés' y el escamoteo del delito de sedición, que tan bien puede venir a Carles Puigdemont, siguen siendo los principales argumentos de Alberto Núñez Feijóo. Mientras Vox se ha convertido en el único de Sánchez contra él. ¡Con lo fácil que le resultaría demostrar que el Partido Popular no es Vox!

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