El problema es él

Pedro Sánchez es un experto en la materia y viene enzarzado en un duelo dialéctico sobre el estado de nuestra nación con Núñez Feijóo que como buen gallego nunca sabes por dónde va a salirte. Cuando el presidente asegura que la economía española va como una moto, Feijóo le pregunta cómo es posible entonces que figuremos entre los más endeudados de Europa y el doble de parados que la media, la juvenil en especial.

Si Sánchez presume de que somos el primer país que ha bajado la inflación del 2%, Feijóo le advierte que es la interanual, que no tiene en cuenta alimentos y energía, que elevan la subyacente a más del doble. En fin, que los dos tienen razón o no la tiene ninguno porque con estadísticas puede usted demostrar cualquier cosa. Ha habido una mejora de la situación, pero aún no se ha logrado alcanzar el nivel previo a la pandemia y a la guerra de Ucrania. Por no hablar de que los fondos de recuperación de Bruselas han sido un plan Marshall para España y otros países retrasados. Ciertos números dicen que estamos mejor que Alemania, que ha entrado en recesión, pero ¡ya quisiéramos estar como ella! Aparte de que la mitad de esos fondos hay que devolverlos. Si podemos.

Yo no sé si Feijóo hizo bien en rechazar los 7 debates que Sánchez le ofreció. A personajes como éste, engreídos, narcisistas, con más osadía que caletre, hay que dejarles que muestren el vacío que esconde su festiva verbosidad. Estoy casi seguro que tras los dos primeros debates, la audiencia estaría tan harta de oirles que se suspenderían, Recuerdo el segundo debate entre Reagan y Mondale el 30 de septiembre de 1984 en el que el segundo enumeró todos los topicazos que circulaban sobre el presidente, desde su conservadurismo a la edad, que el aludido escuchó sin muestras de enfado o miedo, para decir, eso sí, con cierto aire de cansancio cuando le dieron la palabra 'there you go again', 'vuelve usted con...' interrumpido por las risas del público y las sonrisas de los periodistas que hacían las preguntas. Allí se acabó de hecho el debate y la carrera de Mondale a la Presidencia. No voy a pedir tanto para los que se planean cara al 23J. En realidad, no se necesitan. El debate es sobre Pedro Sánchez y la gente está harta de verle pues enciende uno la tele, no importa la hora ni el día, y allí está. Se lo ha ganado a pulso. El comentario más original sobre él se lo oí a un transeúnte al que abordó el cámara de no sé qué canal: «No me gusta ni su forma de andar». Y es que hay cosas peores que las mentiras. Me refiero a las dichas en campaña electoral, cuando los políticos se superan a sí mismos como vendedores de crecepelos en plena plaza.