la suerte contraria
Usted puede ser Torquemada
No sé en qué momento la izquierda ha perdido la alegría, el optimismo, la creatividad y el sentido vital del disfrute
11-M
Umbral, Herrera, Besteiro
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Iniciar sesiónJessica Albiach es la líder de los Comunes como podía ser la hermana superiora de las Salesas o la presidenta del AMPA de las Jesuitinas en 1985. Acaba de tumbar unos presupuestos porque contemplaban un casino, y ya se sabe que eso consume muchísima agua ... . Y además «los casinos traen delincuencia e inseguridad» y lo que ella quiere es «protección para los jóvenes y un trabajo de calidad». Yo la escuchaba y me estaban entrando ganas de llevarla a misa conmigo el domingo. Y que hiciera las peticiones: «Para que los jóvenes se alejen de los bares y los casinos, roguemos al Señor. Te rogamos, óyenos». «Para que la juventud perdida bendiga a Dios con su trabajo y se aleje del vicio y del fornicio, roguemos al Señor. Te rogamos, óyenos».
O un salmo, el 23. «Jessica es mi pastora, nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas y me lleva lejos de los casinos infectos. Aunque pase por el más oscuro de los casinos, no temeré peligro alguno, porque tú, Albiach, estás conmigo». Que no digo que no se deba separar a los jóvenes del juego, pero es tan fácil como prohibirlos entrar en los casinos y que al resto nos dejen en paz, como pasa con los bares, los conciertos y los aviones. Y del clasismo ese de esperar para nuestros hijos algo mejor que un trabajo en un casino, ni hablamos. No sé qué pensarán cuando ven a un camarero, quizá lo vean como un pequeño Mefistófeles. Aparte que la alternativa que un camarero tiene a trabajar en ese megacasino no es trabajar como ingeniero de caminos sino trabajar en un bar pequeño de Mollet y con menos sueldo. No hay nada de malo en ser camarero y, desde luego, ya me gustaría a mí tener catorce macrocasinos en Tierra de Campos, provocar una corriente de inmigración inversa y que los hijos de 'la Mireia' y 'el Sergi' se llamaran María del Carmen y Santiago.
Con todo, lo peor es esa actitud como de señora franquista escandalizada. No sé exactamente qué tienen en la cabeza. No sé en qué momento la izquierda ha perdido la alegría, el optimismo, la creatividad y el sentido vital del disfrute para entregarse al oficialismo, al tedio, a las prohibiciones, al dogma y a la oscuridad. Cuando yo era pequeño, los que te amedrentaban con el concepto de pecado eran algunos curas. Quizá por eso, a los que nos educamos en los 80 nos sigue pareciendo increíble que la izquierda se haya convertido en los nuevos curas preconciliares. Antes, la izquierda era el canal natural a través del cual desobedecer, ser rebelde, decir no a los dogmas y respirar. Eso era el progreso. Hoy se han convertido en lo contrario, en una catequesis permanente de la que huir. Son los nuevos grises y, por ello, empieza a resultar una obligación moral rebelarse contra esta nueva inquisición de catequistas de guitarrita y turra diaria. Y, con un poco de suerte, ponerles a ellos en la frente ese cartel de 'Parental Advisory' . Para que los niños identifiquen desde pequeñitos dónde hay un Torquemada en potencia.
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