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LA SUERTE CONTRARIA

Nebulossa Sánchez

El feminismo divertido fue un feminismo humillado, el boicot fue un fracaso y lo único que se logró es que la gente real votara a Israel

Anatomía de Antonio Vega

Hombres maltratados

José F. Peláez

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En España hemos sido capaces de politizar los chuletones, los coches diésel, el doble pivote, la Puerta del Sol, los tractores, el concilio de Trento, los chalecos acolchados, un volcán, la menstruación, el AVE, las mascarillas FFP2, las violaciones grupales, el transporte por carretera y ... hasta el Día del Padre. Con estas credenciales, politizar Eurovisión es un juego de niños, un asunto menor, un «agárrame el cubata» de manual. Ya lo hicimos con el trasero de Chanel, pero este año resultaba más sencillo: el sanchismo se posicionaba con una señora que quería ser una zorra. Es el 'feminismo divertido' de Sánchez, un feminismo hijo de Simone de Beauvoir y de Milikito que lo mismo te sirve para reivindicar la prostitución que para abolirla porque lo importante son las risas. Sánchez afirmó que le gustaba esa provocación porque la fachosfera hubiera preferido el 'Cara al sol'. Sánchez, así, se fundía con Nebulossa –que tiene a la vez nombre de Caballero del Zodíaco y de 'after' en Vicálvaro– y Nebulossa con Sánchez. Podrían haberse fusionado en un concepto, 'Nebulossa Sánchez', que suena un poco a Mágico González pero cambiando el Carranza por un karaoke.

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